miércoles, 13 de enero de 2021

El psicólogo de enfrente

Era primavera y empezaba el buen tiempo. Ella estaba ayudando entre semana a un amigo en el restaurante porque su compañera había tenido un bebé y estaba con la baja maternal.
Estaban terminando de recoger las últimas mesas y él iba a empezar a hacer caja cuando sonó el teléfono. Atendió la llamada. 
Era un cliente habitual que vivía cerca. Se conocían bastante y ella siempre le había comentado lo atractivo que le parecía. Habían coincidido en el asador más de una vez y siempre había habido miradas, guiños y sonrisas entre ellos. 
Esa noche estaba solo en casa, había trabajado hasta tarde y no le apetecía cocinar. Después de mirar algunos cupones descuento de distintos sitios con servicio a domicilio, decidió llamar aquí y que le preparasen algo rápido. 
Dejaría al niño dormido diez minutos y enseguida estaría arriba de nuevo. 
Ella se hacia una idea de lo que hablaban por lo que oía a su amigo y haciéndole un gesto le dijo que ella se lo llevaba. El se lo comentó y le pareció una gran idea. De hecho le pareció tan buena idea que algo se revolvió en su entrepierna. 
Quedaron en quince minutos y mientras su amigo preparaba la comida ella se retocaba. 
- No me esperes para ir a casa, le dijo mientras le daba un beso en la mejilla. 
- Como te lo montas, le contestó él, devolviéndole el beso. 
Salió del restaurante y se dirigió hacia la carretera para cruzar hasta la manzana de casas que había enfrente. Era una zona nueva que aún no estaba urbanizada del todo, unas pocas casas de tres alturas y un enorme parque urbano. 
Cuando llegó al portal tocó al timbre deseando que le dijese de subir y no bajase él.
-Quien?, oyó por el interfono (como si no supiese quien era) 
-Te traigo la cena, contestó ella. 
Se oyó el sonido de la apertura de la puerta y ella sonrió abiertamente al ver que él daba por supuesto que subiría. Vivía en el segundo piso, podía haber subido andando pero quería comprobar en el espejo del ascensor si todo estaba en orden. 
Se ajustó el escote, se atusó un poco el pelo y comprobó que tenia los labios bien pintados. Justo cuando comprobaba que los vaqueros quedaban en su sitio oyó el timbre que anunciaba que había llegado al piso. 
Se abrieron las puertas y él le estaba esperando apoyado en el marco de la de su casa. 
-Hola, dijo el mirándola de arriba abajo con una sonrisa de aprobación 
-Hola, contestó ella acercándose. Le alargó la bolsa con la comida y él estiro los brazos para recogerla. La abrió, saco las cosas y mirándola dijo: 
-Aquí hay mucha comida. Quieres cenar conmigo? 
Se apartó de la puerta para dejarle paso y ella sin contestar nada entró. El dejo todo encima de la mesa del pasillo y tras cerrar la puerta tras de él, le agarró de un brazo y atrayéndola hacia él le cogió por la cintura y le besó en los labios. 
Ella correspondió al beso con pasión mientras se apoyaba contra la puerta. El le levantó los brazos por encima de la cabeza sujetando las muñecas con una mano y mientras le rozaba el cuello con los labios bajó la otra hacia uno de los pechos manejándolo con una caricia que hizo que el pezón se pusiera duro y sobresaliese por entre la fina tela de la camiseta. 
Seguían besándose cada vez con más lujuria y ella pasaba una de sus rodillas por la entrepierna de él notando como su polla iba creciendo y poniéndose dura. 
El soltó sus manos y dejó que ella comenzase a desabrochar su pantalón y le quitase la camiseta. Mientras metía una de sus manos por el gayumbo, su boca daba cuenta del cuello de él y de su pecho. Lamía sus pezones y alrededor de ellos a la vez que iba sacando cada vez mas el capullo acariciándolo suavemente con dos dedos y echando hacia atrás la piel. 
La camiseta de ella tenia unos finos tirantes que se ataban en lo alto de cada hombro con un nudo. El tiró despacio de uno de los cabos y la camiseta se soltó cayendo hacia la cintura. Cuando los pechos quedaron al aire él no pudo mas que pararse un rato a mirarlos. 
Eran grandes y su blancura contrastaba con el tostado del sol en el escote. Tenia unas areolas proporcionadas de un tono marrón claro y unos pezones también grandes que en ese momento parecía que le apuntasen excitados. Las acarició con ambas manos y se metió una de ellas en la boca. La succionó como si estuviese mamando y saboreó con placer su sabor. 
Mientras tanto ella le quitó los pantalones y echando hacia abajo el boxer dejó libre la excitada polla. La cogió con una mano y empezó a moverla primero despacio y después cada vez más rápido. Acariciando con la otra los huevos. Cuando llevaban así un rato, bajaron el ritmo para terminar de desnudarse. En realidad el solo tenia que levantar los pies y dejar caer los calzoncillos al suelo pero ella aun llevaba los vaqueros puestos. 
Sin dejar de acariciarla le cogió las manos y se la puso cada una en una teta y acercando la boca a su oído le susurro: 
-No dejes de pellizcarte los pezones... 
Ella se mojó los dedos con la lengua y los agarró para hacer lo que le había pedido. Mientras él le quitaba los pantalones. Se quedó gratamente sorprendido al ver que no llevaba bragas. Eso le excitó muchísimo, tanto que cuando terminó de desnudarla se agachó y le separó las piernas, abrió los labios con dos dedos y acercando su cabeza comenzó a lamerle el clítoris de tal manera que ella se apoyó en la puerta mientras arqueba la espalda y daba un gemido de placer. Y a la vez que se acariciaba los pezones bajó una de sus manos para apoyarla en la cabeza de él acariciándole con las uñas y jugueteando con el pelo. 
El estaba mordisqueándole el clítoris mientras dos dedos jugaban a la entrada de la vagina. La rodeaban y entraban y salían cada vez mas rápido. No paraba de gemir y jadear cada vez con mas intensidad con lo que él supo que estaba a punto de alcanzar el orgasmo..
Le dió la vuelta, le agarró de la cintura para ponerle en postura y empezó a comerle el culo y el coño desde atrás mientras una mano le acariciaba el clítoris y la otra le separaba las nalgas.
Ella con una mano se apoyaba en la puerta y con la otra se acariciaba los pechos, cada vez más rápido siguiendo el ritmo que él marcaba con su lengua y con sus dedos entrando y saliendo de su vagina.
Notaba el climax cada vez más cerca. Por eso abrió bien la vagina con ambas manos e introdujo la lengua moviéndola muy rápido. Ella emitió un profundo suspiro, movió el culo hacia afuera y él se preparó para beber lo que ella le entregaba...
Cuando terminó , ella se giró sonriendo y cogiéndole de la mano lo llevó hasta una butaca pequeña de cuero que había en la entrada, se sentó con las piernas abiertas y húmedas y le atrajo hacia si agarrando su polla con una mano y metiéndosela en la boca.
El la sujetó del pelo sin dejar de mirarla mientras ella le devolvía todo el placer que él le había dado. Colocó sus manos en las caderas marcando el ritmo y aumentando la velocidad de los movimientos. Al cabo de un rato de estar así él agarró la polla y la sacó de la boca sin dejar de masturbarse y de pellizcar los pezones de ella. Ella sacó la lengua justo en el momento en el que él se corría recogiendo parte del semen con ella y dejando caer el resto por el cuello hacia las tetas...
Recogió un poco con los dedos y llevándoselo a la boca le dijo:
-Necesito una ducha...
-Sólo si me concedes un segundo asalto. contestó el devolviéndole el gesto...



domingo, 10 de enero de 2021

El primer encuentro

Son las 8.30 de la mañana. Acaba de llamarme para asegurarse que no me he dormido.
-Hola encanto, como vas?
-Hola corazón, estoy saliendo...
-Vale, te espero allí entonces, sabes llegar no?
-No te preocupes cojo un taxi y ya...
-Bien, nos vemos, adeu. Un beso
-Agur, bai...un besito...
Habíamos hablado por el msn cuando ha llegado al taller. Nos hemos dado los buenos días, me ha contado que todo estaba bien y hemos recordado trozos del día anterior... Era nuestro primer encuentro en vivo después de haber tenido que ir posponiéndolo durante casi un año y haber ido alimentado durante todo este tiempo el morbo de como sería.
Yo llegaba a las 7 de la mañana más o menos. Preferí hacer el viaje de noche y estar allí pronto para poder aprovechar todo el día. Como no iba a poder venir a buscarme, quedamos en vernos ya en el hotel en cuanto pudiera zafarse del curro, pero como no sabíamos la hora exacta, aproveché para ducharme y prepararme.
Más que nada para no pensar demasiado en lo nerviosa que estaba. La verdad es que era muy poco probable que algo saliera mal, pero...nunca se sabe. Acababa de terminar de secarme el pelo cuando sonó la puerta y oí su voz diciéndome:
- Soy yo...
Estaba envuelta en la toalla aún y por un momento se me pasó por la cabeza vestirme a todo correr, pero luego pensé que no, que daba igual... Me repasé delante del espejo en unas décimas de segundo el pelo y el maquillaje y fui a abrirte.
Cuando le ví por fin delante de mí, sonriendo, un escalofrío me recorrió todo el cuerpo. Apenas podía creerlo, pero sí, ahí estábamos él y yo abrazándonos y fundiéndonos en nuestro primer beso... Según sentía su cuerpo junto al mío y su lengua metida en mi boca, los nervios se fueron yendo para ser sustituidos por una excitación aún mayor pero causada por algo muy distinto.
Habíamos pensado quedarnos todo el día en el hotel, así que le encargué que trajera el desayuno.
- Sorpréndeme, le dije...
Estuvimos abrazados delante de la puerta unos minutos, besándonos y acariciándonos sin decir nada, solo se oían suaves gemidos y el casi imperceptible ruido que las caricias producían al roce con la ropa. En el hotel había ya bastante movimiento a pesar de que era temprano y al oir el sonido del ascensor al parar en nuestra planta, le agarré de un brazo y le metí dentro de la habitación.
- Hola, me dijo, guiñándome un ojo. Has tenido buen viaje?
- Buenos días, le contesté, sí, casi todo el rato he venido dormida y sola en el asiento, así que muy cómoda.
Me dirigí hacia la maleta para coger ropa, pero no me dejó.
- No te vistas, estás preciosa...
Empezó a sacar el desayuno de la bolsa mientras yo me sentaba en la cama y ponía las almohadas para que pudiéramos apoyarnos. Le hice un gesto, indicándole como ponerse. Sabía muy bien lo que quería, lo habíamos hablado mil veces, así que se descalzó y se sentó en la cama con la espalda apoyada en el cabezal y las piernas abiertas para que yo pudiera meterme en el hueco y apoyarme en él.
Ladeé un poco la cabeza y le lamí el cuello. Me cogió de la barbilla y volvimos a besarnos esta vez de manera más suave, sensual...
Yo iba notando cada vez mi cuerpo más relajado y a la vez la excitación iba aumentando según nuestros cuerpos se ponían en contacto y sentía la suya. Estaba recorriendo sus labios con mi lengua cuando sentí que sus manos me acariciaban los pechos por encima de la toalla. Estaban duros, excitados, con los pezones en punta y noté como mi entrepierna se mojaba cada vez más. Me desató el nudo que la sostenía y empezó a pellizcarlos muy despacio, poniéndolos aún mas erectos. Estaban pidiendo ser lamidos y yo me moría porque lo hiciera, así que me volví y me puse de rodillas delante suyo acercándolos a su boca.
Me cogió de ambas tetas y los lamió por turnos, para luego mamar de ellas mientras sus manos me recorrían todo el cuerpo, parándose de vez en cuando en mi culo o palpando mi sexo comprobando como se iba lubricando. 
Metió dos dedos en él y los movió para mojarlos y al sacarlos me acaricio el canalillo con ellos. Luego lo recorrió con la lengua mientras jadeaba cada vez más y me ponía a mil.... Me senté encima suyo y pude sentir toda su excitación creciendo entre mis piernas. Me restregué contra su paquete llenándolo de mi humedad y mi olor a mujer ardiendo, le quité la camiseta y fui bajando muy despacio desde su boca recorriendo con mis labios cada poro de su piel hasta que llegué a sus pantalones. El en ese momento me dejaba hacer mientras me acariciaba el pelo y me contaba en apenas un susurro como se sentía...
Oírle me aceleraba, me excitaba y hacía que me recrease en mi recorrido. Al llegar a mi destino, chupe con ansia por encima del pantalón, notando como su polla crecía aún mas deseando que le tocase el turno. Fui soltando los botones del pantalón uno a uno muy despacio, quería alargar el momento, mientras me colocaba a un lado suyo para que él pudiera acceder a mi cuerpo mientras yo sacaba su polla por encima del boxer y terminaba de quitarle los pantalones.
Una vez fuera, la cogí con una mano y la recorrí desde los huevos hasta el capullo con la punta de la lengua, parando en éste para lamerlo bien y chupar las  gotas de semen que salían. Mientras la movía arriba y abajo masturbándole y acariciando sus huevos, lamiéndole las ingles y volviendo a meterme toda la polla en la boca para moverla dentro y llenarme de ella. El me estaba metiendo ya cuatro dedos en el coño y los sacaba de vez en cuando para lubricarme bien desde el clítoris hasta el culo y se los metía en la boca. 
Y empapados en su saliva volvía a recorrerme toda la raja o se dedicaba de lleno a masturbarme. Yo, de vez en cuando me sacaba la polla de la boca para pasármela por los pezones o para recorrerme la cara con ella. Me ponía a mil olerla y pasármela por los labios
- Estoy a punto, le dije jadeando, me voy a correr... 
El se tumbó en la cama y me puso encima suyo colocando su cara entre mis piernas.
Sabía como me ponía hacer un 69 y mientras me abría el coño con las manos para meter su lengua, yo movía cada vez más deprisa su polla en mi boca sintiendo como el empujaba para metérmela más adentro. Sentí sus dedos recorriendo mis nalgas y como me metía uno en el culo muy despacio mientras seguía comiéndome el coño sin parar ni un segundo...no podía más...estaba muy excitada...
- Me corro, le dije, me corrooooo...
- Hazlo, me susurró, disfruta y regálame un orgasmo...
Me acarició el clítoris con un dedo y sin parar de moverse dentro de mi coño y mi culo, me hizo explotar en lo que sería mi primer orgasmo del día... Yo no podía parar de correrme...estaba siendo un orgasmo largo e intenso y quería que él se corriera conmigo. Saqué su polla de mi boca y me fui resbalando como una serpiente hasta que mi coño estuvo a su altura y me senté encima sin dejar de moverme, cabalgándole muy rápido... 
Noté como se llenaba mi sexo con el suyo acoplándose y fundiéndose en uno. El me agarró de las tetas y aumentó el ritmo de sus movimientos mientras me pellizcaba con fuerza los pezones. Jadeó con intensidad mientras su semen caliente me llenaba de placer por dentro y yo, dejándome llevar, me corría con él de nuevo.
Cuando nuestros cuerpos dejaron de moverse, me tumbé a su lado, separé las piernas y recogí con mis dedos el semen que salía por mi vagina para comérmelo.
- Ha sido increíble, me dijo 
Me senté y le besé...ahora un beso tierno, intenso, lleno de sentimientos, lleno de placer...un beso pleno -Tengo hambre, le dije. Desayunamos? 
- Viciosa, me contestó sonriendo...


sábado, 9 de enero de 2021

El masaje

Ella trabajaba en un centro de medicina estética como esteticista y masajista. Y él la conocía del gimnasio que había enfrente. No iba mucho pero habían coincidido unas cuantas veces. Le parecía una mujer atractiva y cuando habían hablado en la cafetería, inteligente y simpática. 
Desde que la conoció había intentado acercarse a ella pero no le había dado muchas opciones. No parecía tímida así que supuso que alguna mala experiencia le había convertido en recelosa para con los hombres. 
Pero cuanto más le veía y más hablaba con ella más le atraía. Una de estas veces le preguntó donde trabajaba y al decírselo enseguida le vino una idea a la cabeza. Lo mejor era entrar en su terreno. Se invento unos músculos tensos y algún pequeño dolor y ella le dijo que se pasase a pedir hora cuando quisiera. Pero él quería algo más que eso y se le ocurrió decirle que por horario de trabajo era complicado hacer un hueco. Así que sin pensarlo mucho le dijo si no podía hacer una excepción un mediodía y cogerle fuera de hora...Luego la invitaba a comer. 
Ella lo pensó un momento y cuando él ya creía que se iba a negar, le dijo que si con una sonrisa. Quedaron para dentro de dos días. El no quiso darle opción a arrepentirse así que pago los desayunos y se despidió. 
Al día siguiente fué al gimnasio a otra hora para no encontrársela, así que la siguiente vez que se vieron fue en el momento en que ella le abría la puerta después de tocar el timbre.
- Hola, dijo ella al verle.
- Buenas tardes, contesto él, gracias por recibirme.
- De nada contestó ella sonriendo mientras le daba paso a una amplia habitación muy iluminada por la luz del día gracias a los inmensos ventanales que daban a la calle.
Le indicó el biombo para que se desnudase y le dijo que luego se tumbase boca abajo.
- Desnudo del todo, por favor.
Eso le pilló desprevenido, pero a la vez le excitó. Notó como un escalofrío le recorría la columna mientras se tumbaba en la camilla.
Ella estaba entre esta y el ventanal. Llevaba una bata blanca de cremallera hasta un poco más arriba de la rodilla. Y le sorprendió que se hubiese descalzado. El sol le daba a contraluz dejando entrever un sujetador blanco y unos culotes del mismo color. El no podía apartar los ojos de ella y cuando se volvió tuvo que bajar la vista rápidamente para disimular...
Ella cogió una toalla y la colocó sobre el culo de él tapando lo justo. Se embadurnó las manos con un aceite y se colocó de pie delante de él.
Le pidió que se apoyase en la barbilla y cuando lo hizo pudo ver que llevaba la cremallera un poco bajada abriendo escote. Tenia un canalillo divino, unos pechos grandes que asomaban por la mitad del sujetador y se imaginó unas areolas y unos pezones proporcionados.
Ella había empezado a masajearle suavemente las sienes y el cuello y mientras él imaginaba que paseaba por entre sus pechos ella fue bajando por la espalda desde los hombros hasta la cintura y vuelta. Se movía de vez en cuando hacia los costados de la camilla para acceder mejor a una zona u otra. Todo esto le estaba poniendo muy cachondo, no podía dejar de pensar en follársela allí mismo. Y cuánto más lo imaginaba, más se excitaba. De pronto notó como ella retiraba la toalla, cogía un gel y se lo echaba por el culo y las piernas. Estaba al lado derecho de el masajeando con las palmas de las manos sus nalgas fuertemente y después pasaba suavemente las yemas de sus dedos... Se estaba volviendo loco. Tenia la polla durísima y no sabía como iba a poder aguantar. Cuando ella pasó a los muslos masajeando la cara interna rozó levemente sus huevos y el pensó que si volvía a hacerlo se correría en ese instante. Pero no, no sabia cómo pero estaba aguantando....Cuando hubo terminado con las dos piernas oyó como le decía:
- Date la vuelta por favor...
- Bufff, dijo él, voy a tener que esperar un poco...El masaje me ha excitado y estoy empalmado...
La verdad es que no esperaba esa reacción por parte de ella. Pero no se lo pensó dos veces cuando ella le repitió:
- Date la vuelta anda...mientras se bajaba la cremallera de la bata.
El bajó de la camilla y trayéndola hacia si la agarró por la cintura para besarla y mientras le metía la lengua en la boca acariciaba su culo y sus tetas notando por fin esos pezones que llevaba rato imaginando.
Sin dejar de besarla en el cuello y los pechos acerco su polla a la entrepierna de ella restregándola por sus bragas notando como las mojaba. El estaba muy excitado y quería que ella se pusiera a mil rápidamente así que la cogió y la puso sentada en la camilla con las piernas hacia fuera. Ella apoyó los codos y él le abrió las piernas apoyando los talones en el borde. Le mordisqueó un rato los pezones mientras acariciaba con la palma de la mano su coño y cuando notó que ya estaba intensamente mojada, le quitó las bragas, separó los labios con dos dedos y mientras metía otros en la vagina empezó a lamerle el clítoris a un ritmo fuerte que hizo que ella arquease la espalda echando la cabeza hacia atrás y jadease sin parar.
Cuando la vió cercana al éxtasis agarró su polla con una mano y dió unos golpes con el capullo en el clítoris, la pasó de arriba a bajo por toda la raja hasta el culo y sin esperar más la metió de una embestida.
Empezaron a moverse al unísono como si lo tuviesen preparado, ella sujetándose fuertemente a la camilla y el masajeando sus pechos. Con cada embestida notaban como los huevos golpeaban el culo de ella, aumentaban los jadeos y los movimientos de ambos cuerpos. Se sabían cerca del orgasmo así que él le agarró a ella por la nuca y parando unas décimas de segundo sacó la mitad de la polla para
meterla de golpe de nuevo, repitiendo esto tres o cuatro veces....
- Dónde quieres que me corra?, preguntó él.
- Quédate dentro, le contestó ella. Y bésame.
Acercó sus bocas y le lamió los labios mientras ambos aumentaban el ritmo de los movimientos. Y justo cuando le estaba mordiendo los labios y ella le agarro del culo como si quisiera que entrase aun más el chorro de semen inundó su interior a la vez que ella jadeante alcanzaba su orgasmo...
Cuando cesaron las palpitaciones y los temblores de placer él salió y ayudó a que ella se pusiera de pie. Le dió un beso en la boca y le preguntó:
- Cada cuanto seria bueno un masaje de estos?
Y ella lamiendo aun los jugos del placer le miró a los ojos y haciéndole un guiño le dijo:
- Vuelve cuando quieras...


viernes, 8 de enero de 2021

El desconocido

Era viernes y ella había ido a cenar a un restaurante de la Parte Vieja con unos amigos. Hacía muy buena noche y decidieron sentarse en una de las mesas de fuera. No había muchas libres y eligieron una enfrente de una pareja. Nada más sentarse vió que él levantaba la vista de la carta y se quedaba mirándola. No supo porqué pero sintió un pinchacillo agradable en el estómago cuando sus miradas se cruzaron. Se sentó de manera que quedaba frente a él. El camarero llegó con el vino. el pan y la carta. Pidieron y ella se dió cuenta de que él la miraba todo el rato y que ya ni siquiera lo disimulaba. Sólo cuando ella le sostenía la mirada, él la bajaba como si estuviese haciendo algo malo. A ella le entraron unas enormes ganas de jugar con él y empezó a coquetear descaradamente. Se pasaba un hielo por los labios, sacaba sensualmente la lengua, sonreía cuando él le miraba. Incluso llego a guiñarle pícaramente un ojo en una de las ocasiones en que mantuvieron sus miradas largo rato. Dispuesta a no perder la ocasión de pasar un buen rato y viendo que él se levantaba hacia la barra, hizo lo mismo con la excusa de ira a pedir otra botella de vino. Se coloco a la derecha de él dejando insinuante una estupenda panorámica de su precioso escote. El lo miró de reojo y sintió que toda su anatomía había captado la maravillosa vista. Ella lo notó asi que viendo que a la izquierda de él estaba el periódico, le preguntó al camarero si lo tenían. Este contestó que sí, que estaba en aquella esquina y ella pasó por detrás de él rozando su espalda con sus pechos y cuando fué a cogerlo, él alargó la mano primero y se le adelantó. Sus manos quedaron una encima de la otra y sus miradas hablaban ya por sí solas. - Te espero en el baño, le dijo ella, y apartándose de él, se dirigió hacia allí. El empezó a sopesar que hacía, pero enseguida se dió cuenta de que precisamente eso es lo que no tenía que hacer, asi que no lo pensó más y se dejó llevar. Ella volvió un momento la cabeza para mirar si le seguía y le regaló una de sus mas pícaras y sensuales sonrisas cuando vió que lo tenía detrás. Cuando llegaron a la puerta del lavabo, ella le dijo que entrase primero y se quedó en el espejo como si se estuviese retocando el maquillaje. A los pocos segundos, entró donde él estaba. Le notó excitado y nervioso. Decidió juguetear con él un rato. Le sentó en el inodoro y se sentó encima suyo. Hizo amago de ir a besarle en la boca, pero sólo saco la lengua para lamerle los labios. El estaba a punto de estallar. Necesitaba que se relajase, así que le agarró despacio de una mano y la llevó a uno de sus pechos. El notó por encima de la camiseta un pezón duro y no pudo aguantar más. Le agarró los dos pechos y comenzó a acariciarlos cada vez más y poco a poco fue levantando la camiseta y dejó al aire dos hermosísimas tetas que empezó a lamer insistentemente mientras ella se balanceaba encima suyo acariciándose ambas entrepiernas. Una iba creciendo y la otra humedeciéndose de placer. Así estuvieron un rato, besándose en la boca y poco a poco fueron bajando las manos para empezar a desabrocharse los pantalones el uno al otro con tranquilidad, como si el tiempo fuera se hubiese parado y sólo importase para ellos lo que ocurría en ese pequeño habitáculo. En realidad así era, estaban disfrutando cada segundo el uno del otro. Ahora estaban ya tocándose con gran excitación y ella se apartó un poco para que él se levantase. Cambiaron las posiciones quedando él de pie frente a ella. Su polla quedaba perfectamente situada para que ella la agarrase con una mano y pasando la punta de la lengua por el capullo en suaves movimientos circulares hiciese que él se estremeciese de placer. Con la otra mano acariciaba su clítoris y metía un dedo en el coño húmedo preparándolo para lo que iba a venir. Paso de lamérsela a meterla completamente en su boca y moverla dentro sintiéndola inmensa y caliente como se la llenaba entera con sus diestros movimientos de muñeca. El notaba como su excitación iba en aumento y sabiendo que el momento del orgasmo estaba cerca le agarró del pelo marcando durante un rato el ritmo. Luego paró y sacándola, le levantó, le puso contra la pared y separándole las piernas, se agachó, le separó los labios con dos dedos y empezó a pasar su lengua por el clítoris primero para meterlo en el coño después. Eso les puso a mil, les costaba ahogar los gritos de placer y los gemidos sordos que emitían aún les excitaban mas. Estaban a punto. Ella se dió la vuelta y con un movimiento de cadera se le ofreció por detrás. El sin dudarlo preparó el terreno con dos dedos lubricándolo con los jugos de ambos y cuando estuvo a punto metió la punta de su polla suavemente y a medida que veía que no había resistencia un poco más y un poco más hasta que la tuvo dentro. Se movían acompasadamente sintiéndose el uno al otro. El acariciaba sus pechos y ella estimulaba su clítoris con la cabeza ladeada para poder entrecruzar sus lenguas. Los movimientos fueron en aumento poco a poco a medida que el clímax se acercaba. Dejaron de besarse, él la atrajo fuertemente hacia él para aumentar las embestidas sintiendo como se corría. Le besó el cuello y entre gemidos ella le dijo: - En la espalda, córrete en mi espalda. El sonrió, levantó la camiseta, esperó a que ella terminase y sacándola despacio la movió firmemente. Y mientras ella terminaba de estremecerse, sintió como la cálida corrida de él inundaba su espalda. Esperaron un rato besándose, limpiándose y cuando estuvieron listos, salieron juntos del lavabo sin importarles mucho el resto del mundo. En realidad durante un rato, para ellos ese mundo ni siquiera habia existido.

Arreglando la sandalia

Hacía un día muy bueno. El sol lucía radiante y la temperatura era más que agradable. A ella le gustaba ir por la mañana a la playa y después de comer salió a hacer unas compras. No le gustaba ir de tiendas. Se agobiaba enseguida con tanta gente y viendo como en algunos comercios las prendas terminaban siempre por los suelos o con manchas de maquillaje porque la gente era muy descuidada. Pero no le quedaba más remedio que hacerlo porque necesitaba urgentemente renovar el fondo de armario. Cuando volvió a casa tenia bastante calor, así que se duchó y ya más tarde cuando empezaba a refrescar salió de nuevo a andar. Le encantaba dar la vuelta al Paseo Nuevo. No se cansaba de ver y oir el mar. Además a ciertas horas le resultaba tan relajante que solía sentarse en el rincón de la escultura de Oteiza a leer o a escuchar música...y a pensar. Y hoy tenia esa intención. Pero cuando ya estaba llegando, se le soltó el cierre de la sandalia. 
Se iba a sentar en una de las escaleras para ponérsela bien, pero el sitio donde se ponía normalmente estaba ocupado. Habia un tío leyendo el periódico apoyado en la escultura. Eso le contrarió bastante porque ese era su rincón...
- Todo el Paseo libre y este tío tiene que sentarse precisamente aquí, pensó, mientras le miraba...No
está mal...tiene un punto...Tampoco podía andar con la sandalia suelta, así que al final se sentó e intentó arreglarla. Pero no podía.
- Joder, no puedo, dijo en un tono en el que él la oyó y enseguida levantó la cabeza y le preguntó...- Te pasa algo? Puedo ayudarte?
- Se me ha soltado esto y no puedo ponerlo. Te importa intentarlo a tí?...
- Claro, ven...En ese momento se le presentó un dilema, porque si apoyaba el pie en su pierna, parecía un poco atrevido y si la apoyaba en la escalera doblada por la rodilla, se le veían las bragas...
El se percató de que pensaba y sonriendo le dijo...
-Tranquila ya bajo yo...
Soltó el periódico y lo dejó en el suelo. Se agachó apoyándose en la primera escalera y le cogió del tobillo con una mano y con la otra empezó a mirar como iba el cierre.
- Es sencillo, sólo hay que hacer un poco de fuerza...le dijo mirándole...
Ella tenía un fetichismo especial con las manos y evidentemente no pudo evitar mirárselas. Se le iban los ojos. Bufff, que manos...Grandes...y esos dedos...mmmmmmm tener esa palma de la mano entre las piernas tenía que ser genial...
Mientras pensaba en esto, y casi sin darse cuenta, notó como se empezaba a excitar y sin querer como separaba las piernas.
El se dió cuenta del gesto y levantando la vista del cierre miró por entre el vestido. Eso la hizo reaccionar y en un impulso las volvió a cerrar. Pero la verdad es que la escena tenía su morbo y el sentir su mano acariciarle el tobillo le puso a mil. Así que volvió a separar las piernas, esta vez un poco más. Y esta vez el ya no se molestó en disimular y mientras miraba lo que le estaba ofreciendo separó un poco el vestido para ver mejor. Ella no pudo resistir la tentación y abrió las piernas más a la vez que le preguntaba...
-Te gusta lo que ves?
- Mucho, le contestó...esos muslos merecen ser acariciados.
- Si me arreglas el cierre habrá premio...le contestó mientras cerraba las piernas mirándole sensualmente...
- Está ya casi...dijo él...poniendo una mano sobre su rodilla, acariciándola...y poniéndole la sandalia con la otra.
El sentir su mano recorriendo su pierna hizo que le diese un pinchazo de placer provocando que mojase las bragas...y ya en este punto, como siempre que se excitaba, perdió la noción del riesgo...se olvidó de que podía pasar cualquiera en cualquier momento y simplemente se recostó en la escultura, y se dejó hacer...
El captó de maravilla el mensaje y poniéndole el vestido a la altura de las ingles, le separó las piernas y con dos dedos le acarició por encima de las bragas...
- Parece que aumenta la humedad en el ambiente...
- Si y está subiendo la temperatura...
Le quitó la sandalia y mientras él separaba despacio las bragas y empezaba a acariciar sus labios, ella le acariciaba por encima del pantalón el paquete notando como su polla se estaba poniendo dura...
- Esto promete, dijo jadeando al sentir como le rozaba el clítoris ....Sentía como su cuerpo se estremecía y como sus jadeos iban en aumento según él lo recorria una y otra vez a la vez que metía sus dedos en la vagina que sonaba cada vez mas húmeda...Cuando le vió como los sacaba para chuparlos no pudo aguantar más y casi sin darse cuenta le dijo en apenas un susurro...
- Quiero saborear tu polla...
- La quieres en tu boca? , preguntó sin dejar de follarle con sus dedos una y otra vez mientras con el pulgar no dejaba de pulsar el clítoris como si de un botón de placer se tratase.
- Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii....le contestó ella mientras se incorporaba un poco para sacársela del pantalón...
- Espera, dijo él, tirando un poco de su brazo para levantarle...Vamos detrás de la escultura, a la hierba...
Y sin soltarle la mano la llevó despacio.
- Dime que quieres...te haré lo que quieras, le dijo besándole en la boca...
- Quiero comérmela mientras me haces una paja.... Terminó de soltarle el pantalón y sacó su polla dura, de un tamaño más que bueno, tiesa de lo excitada que estaba y con el capullo ya fuera y brillando.....La cogió con una mano y se la metió en la boca mientras su muñeca la movía arriba y abajo, la sacaba de vez en cuando para lamerla y chupar los huevos y para pasársela por los labios mirándole a los ojos y escuchando como jadeaba de excitación....
Con la mano que no le masturbaba le sacó las tetas del sujetador y se las manoseaba como si estuviese amasando la masa para hacer pan a un ritmo que le puso los pezones duros en dos segundos. Ella no paraba de gemir con su polla en la boca y ahora tres dedos recorriéndole por dentro. Estaba a punto de correrse cuando notó como él le pellizcaba los pezones . Ella mamaba su polla saboreando el líquido preseminal con el que ya le estaba premiando...estaba delicioso...no podía más..aumentó sus jadeos y el movimiento de sus caderas a la vez que contraía el coño apretando sus dedos. El también aceleró sus movimientos y sus gemidos, y antes de que pudiera darse cuenta, un chorro de semen le llenó la boca pillándole un poco desprevenida. Pero eso es algo que le ponía muchísimo, así que mientras se lo tragaba muerta de placer, un estupendo orgasmo la transportó al séptimo cielo....Mmmmmmmmmmmm
Cuando terminó de correrse, le limpió la polla dejándola sin rastro de semen....todavía dura...excitante.... El seguía acariciándole entre las piernas ahora mucho más despacio y le había incorporado un poco para lamerle los pezones...
- Me llamo J, le dijo dándole un beso...
- Soy C...le he contestó ella...
- Encantado...sonrió...
- Ha sido un placer, si...
Estaban levantándose y vistiéndose cuando él la sorprendió diciéndole:
- C, quiero follarte....
Y recogiendo el periódico del suelo y dándoselo a la mano ella le contestó regalándole la mejor de sus sonrisas- Vamos a cenar....Le cogió de la mano para bajar las escaleras y sin soltarse se fueron hacia el puerto. La noche no habia hecho más que empezar para ellos...

El superhéroe vencido

Eran las 9.21 de la noche. Me había duchado y me estaba secando el pelo delante del espejo. De repente sonó el móvil y sin darme cuenta dejé el secador en el lavabo. Dió un chispazo y me asusté dando un respingo. 
Cuando ya pasó el susto, me sonreí al pensar que casi tengo que llamarle, a él, y me dí cuenta que hacía mucho que no pasamos una velada juntos. Ya sé que no tengo que hacerlo, que no debo llamarle si no es para algo serio...pero a veces le echo tanto de menos...Y no pude resistir la tentación. Tenía que pensar algo rápido,  y mientras me ponía el vestido negro escotado que tanto le gusta, me subía las medias, me calzaba los zapatos, me pintaba los labios y daba rimell a las pestañas, pensé como hacerlo....Fuí a la cocina y me puse a preparar la cena. Una ensalada templada de marisco, un solomillo con setas y helado al beso. 
Mmmmmmmm... me estremecí al recordar sus besos. Ese último beso que me da siempre al irse, suave, apenas rozándonos los labios, cogiéndome de la barbilla para acercarme a él, pero que hace que me recorra un escalofrío por la columna....
La mesa estaba preparada. Me miré en el espejo del pasillo y apagué las luces. Encendí la llamada y fui a abrir la ventana del salón...
Tuve que correr por el pasillo para llegar a la cocina y cuando fui a encender el mechero para quemar el trapo de cocina (ese era mi plan...) sentí su presencia a mi espalda y oí como apenas en un susurro me decía:
- No hace fata que hagas eso, ya estoy aquí...
- Hola, le dije mientras me giraba y me acercaba despacio hasta él.
Me quitó las cosas de las manos y agarrándome de una, me llevó hasta el salón.
Habia encendido las velas de la mesa, y el ambiente era de luz tenue y cálido, distinguiéndose apenas solamente nuestras siluetas y nuestras sombras .
Nos sentamos en el sofá y me acercó una copa de vino mientras él cogía la otra.
- Bebiendo en acto de servicio, Batman? le pregunté mirándole a los ojos, intentando ver detrás de la máscara como siempre que le tenía cerca.
- Esta llamada no existe, nunca se ha producido, me contestó acercándose a mi para besarme despacio pero intensamente.
Estoy segura que notó mi temblor, porque sonrió y repitió el beso...pero ahora largo y estrechándome entre sus brazos. El sabe lo tranquila que me siento entre ellos....
Se separó de mi despacio pero sin soltar mi cintura y asi, agarrados fuimos hacia la mesa. Me gusta cuando retira la silla y espera a que me siente... me gusta cuando llena las copas y hace un brindis...Por nosotros...siempre...me gusta cuando se relaja y compartimos una escena juntos, cotidiana.
Cenamos tranquilos, saboreando cada minuto con cada bocado, hablando...Era la primera vez que estaba en la casa nueva. 
Me preguntó como iba todo y nos pusimos al dia...bueno yo, él seguía siendo un misterio...mi misterio. No sé si algún día lo descubriré...no me importa...solo sé que en aquel momento le tenía alli.
Al terminar de cenar le pregunté si quería un café mientras apurabamos las copas de vino, pero prefirió que le enseñase la casa.
Sonreí al escucharle y le cogí de la mano...sólo le enseñé una habitacion, la mia, donde sin duda iba a ocurrir aquello que ambos estábamos deseando.
Entramos, cerró la puerta trás de si, bajó la intensidad de la luz y mientras me besaba me quitó el vestido.
Acarició todo mi cuerpo por encima de la ropa interior , palpando cada poro, sintiendo como me iba excitando con sus caricias...como iba humedeciendo con el recorrido de sus manos por mis muslos y mis bragas...
Yo no podía acariciarle, seguía con el traje, pero podía pasar la yema de mis dedos por sus labios. Los dibujé mientras le miraba a los ojos buscando la señal del placer en ellos. Le brillaban...Le pasée la uña del dedo indice marcándole la boca. El sacó la lengua despacio y metí mi dedo dentro dejando que me lo chupase sensualmente... Me quitó el sujetador y acariciaba mis pechos, pellizcando mis pezones, poniéndolos duros, preparándolos para lamerlos...Mi cuerpo se rindió a la sensación que me provoca y me tumbé en la cama...Le miré invitándole a acompañarme.
Y llegó el momento de desnudarse. Yo sentía una gran curiosidad por como lo haría. Hasta entonces sólo se habia quitado la capa y los guantes para cenar...sus manos grandes y fuertes me excitaban...
Se quitó las botas y el traje...sólo un boxer negro por debajo...su torso desnudo hizo que me incorporase para acariciarlo. Lo recorrí centímetro a centímetro de rodillas en la cama mientras contoneaba el culo al hacerlo...Pensé para mi que ojalá se quitase la máscara...ojala pudiese ver al hombre que se esconde trás de Batman...Pero aunque mientras me acariciaba las nalgas por entre las bragas con una mano, con la otra si que se lo quitó, debajo llevaba un pequeño antifaz, pequeño pero suficiente para que no pudiera adivinarle....
Me sonrió y yo le devolví la sonrisa, me empujó de los hombros y se tumbó encima mio.
Sentí su excitación por encima de mi pubis y me restregué contra ella mientras acariciaba mis pechos con las manos y los lamía. Yo estaba en éxtasis...
Le desnudé del todo, y el cogió su polla dura y húmeda y me la pasó por encima de las bragas una y otra vez. Me besaba en el cuello, los hombros, entre los dos pechos, alrededor del ombligo y llegó a mi sexo que estaba ardiente y deseándole.
Retiró las bragas con delicadeza , alargando el momento...Me lamió y acarició con la lengua y dos dedos. Mi cintura se doblaba en una mueca de placer intenso brindándole mi coño aun más.
Y sin esperar más, entró en mi de una embestida....salió...metió solo la punta y volvió a entrar. Asi una y otra vez...
De repente me cogió en brazos, me apoyó contra la pared y de un golpe me metió su polla hasta dentro dejando que sus huevos golpeasen mi coño en cada movimiento.
Sus besos eran ardientes, lujuriosos y sus ojos brillaban más que nunca....Jadeamos juntos, nos movimos al unísono. Me sujetó fuertemente con las dos manos entre la pared y su cuerpo pero sin darme tregua...Las entradas eran cada vez más rápidas, más fuertes , más seguidas...Ya no había espacio entre una y otra...
Sentimos como los jugos resbalan hacia afuera y cómo cada vez estábamos más y más excitados...notábamos que llegaba el momento.
Yo estaba agarrada a su cuello, mis pechos se movían y rozaban su torso y mis nalgas notaban sus manos atenazándolas. Me sentí llena de él y deseando que su orgasmo me inundase por dentro....
Le susurré al oido, en un jadeo:
- Mi superhéroe....
Y agarrándole mas fuerte me dejé llevar al climax sintiendo como él explotaba conmigo...como espaciaba las embestidas dejando salir cada chorro de semen lleno de placer, convulsionando juntos hasta la extenuación.entre gemidos....
Nos paramos poco a poco en la misma posición y me llevó despacio hacia la cama. Se separó de mi suavemente saliendo de mi interior y viendo como al hacerlo salían mi flujo y su semen juntos como queriendo sellar el momento.
Recogió un poco con el dedo y me lo acercó a la boca. Le agarré con las dos manos y sacando la lengua se lo limpié.
Luego se tumbó a mi lado y extendió el brazo invitándome a acurrucarme encima. Lo cerró abrazándome.
Yo le besé en la mejilla y lo único que escuché antes de quedarme dormida fué un:
- Has vencido al superhéroe...y sentí sus labios en los míos...
Cuando me desperté por la mañana, estaba desnuda y tapada con la sábana...desnuda y satisfecha...
Giré ligeramente la cabeza y ví un pequeño antifaz a mi lado en la almohada.
Lo cogí y aspire su aroma...Olía a él ..
Me levanté sonriendo y me acerqué a la ventana mirando al cielo...y lancé un beso...