Hace un sol radiante, la temperatura es buena y es viernes. Estoy de vacaciones en tu casa y como tú no has podido escaquearte del trabajo, voy a hacerte una visita a ver si consigo que te cojas la tarde libre...
Tu oficina está en un edificio bastante céntrico y llevo toda la mañana de compras, así que cojo un taxi y le doy la dirección. En un cuarto de hora estamos allí...
Saludo al
portero y cojo el ascensor...
Entro en tu despacho. Estás solo...hablas por teléfono. Me ves entrar y sonríes. Me
acerco por detrás y te paso la lengua por la oreja mientras acaricio tus pezones por
encima de la camisa. Empiezo a besarte el cuello a la vez que te masajeo el pecho.
Sientes mis tetas en tu espalda. Sigues hablando, pero ya te empieza a costar
concentrarte. Me pongo delante tuyo y me meto entre tí y la mesa sentándome en tus
rodillas.
Me chupo los dedos mirándote con lascivia y cuando no hablas te los meto en la boca. Noto crecer tu excitación cerca de mi
muslo. Vuelvo a besarte por el cuello y restriego uno de mis pechos por el tuyo al hacerlo. Pones una excusa para colgar. Cuelgas. Me
pongo cara a cara. Acerco mi entrepierna a la tuya. Me abrazo a tu cuello y mientras te acaricio la cabeza con las uñas mi lengua va
entrando lujuriosa en tu boca...
Correspondes a mi beso como esperaba y sin más llevas tu mano a mis bragas...
Pero te llevas una gran sorpresa al ver que no llevo. Me miras interrogante y me meto la mano en el bolsillo para sacarlas. Las coges y
me las pasas por el coño. Luego te las acercas a la cara y aspiras. Las hueles. Mi coño esta ya mojándote el pantalón. Vuelves a
pasármelas y esta vez las chupas.
Empiezo a soltarte el cinturón...
Te acomodas en la silla para dejarme hacer y voy soltando los botones del pantalón uno a uno recreándome al hacerlo mientras tu
juegas con tu lengua y la mía. Me muerdes los labios hasta hacerme dar un respingo.
Te miro con el ceño fruncido. Me coges del pelo y
tirando un poco hacia atrás pasas tu lengua por mis tetas por encima de mi blusa. Sientes mis pezones duros. Yo saco la punta del
capullo por el elástico del boxer y mojándome la yema del dedo índice en mi coño, lo acaricio. Tú mientras tanto me mordisqueas los
pezones dejando un cerco de saliva en mi blusa a su alredor...
Paso la palma de la mano por la punta de la polla para recoger las primeras gotas con las que me deleita y me la chupo.
Tu me estás
soltando bruscamente la blusa. Estás muy excitado y no sabemos en que momento puede llegar alguien. Ya con la blusa desatada tiras
del sujetador hacia abajo liberando mis tetas que erectas se te ofrecen deliciosas. Las coges con ambas manos y las masajease y
magreas mientras te las metes en la boca primero una y luego la otra.
A media que aumenta mi excitación busco tu polla con más
ahínco y me voy echando hacia atrás apoyando la espalda en tu mesa...
Colocas tu mano entre mi espalda y la mesa sujetándome. Has subido mi falda hasta la cintura y me separas las piernas. Yo estoy
abandonada al placer y me dejo hacer. Metes de golpe tu dedo corazón en mi coño después de habermelo dado a lamer y haber
recorrido con él mojado mi raja desde el clítoris hasta el culo recreándote una y otra vez. Ya dentro, lo mueves rápido. Mi flujo va
manchando tus pantalones...
Sientes como mi coño se contrae y palpita de excitación. Sabes que estoy a punto. Sigues follándome con el dedo y a la vez con el
pulgar presionas y masturbas mi clítoris. Sacas el dedo y me lo metes en la boca. Y vuelves a rocorrer mi raja. Esta vez me cubres
ambos agujeros. Eso hace que mi espalda se arquee acercando mis tetas más a tí...
Me gusta y lo sabes.
- Más, le pido...
- Que quieres zorra?, me preguntas. Correrte?
- Sí, te contesto jadeante...sí por favor...
- Bien, estás muy puta y te lo has ganado. Córrete para mí, C...Compláceme...mi zorra
Esas palabras son para mí como un resorte que me activa más aún. Sentirme tu zorra, saber que te estoy complaciendo es el climax
para mí. Y así te lo demuestro.
Mientras tu disfrutas de mi cuerpo a tu antojo, yo me rindo al primero de mis orgasmos...
Me ayudas a ponerme de pie. Sigo con la falda por la cintura. Me separas las piernas y pasas tu polla por la parte interna de mis muslos
y por el clítoris aún sensible. Me das la vuelta. Me quitas la blusa y me apoyas sobre la mesa doblándome la cintura. Con una mano me
pones las manos a la espalda mientras oigo que abres un cajón de tu mesa y percibo un ruido metálico que identifico al instante.
Intento girar la cabeza, pero no me dejase. Siento las esposas alrededor de mis muñecas y tu aliento en mi oído al susurrarme:
- A quién perteneces, puta?
- Soy tuya, sólo tuya...
Eso te excita. Te agarras la polla, la lubricas en mi coño y separando mis nalgas, la vas metiendo despacio...
Sí, me embistes el culo con firmeza. La sacas y me la restriegas. Acercas el capullo a la entrada del coño y al sentirlo, yo muevo el culo
como si pudiera así metérmelo. Te gusta verme y sentirme tan ansiosa de tí. Y me das lo que pido. Me la clavas de golpe y aceleras el
ritmo. Me tienes otra vez a las puertas del cielo. Pero quieres disfrutarme más.
Entras cada vez más rápido. En mi se mezcla un punto de dolor y el enorme placer de tenerte dentro, de sentirte tan excitado, de oírte
gemir, bramar. Me retiras aún más la falda y acaricias mis nalgas.
Conozco esas caricias...son el preludio a los cachetes que acompañan
a tu orgasmo. Mi cuerpo se tensa, toda yo me rindo ante tí y me abandono a tu placer que es el mío.
- Vamos zorra, córrete conmigo.
Y mientras noto tu mano firme en mi culo, siento tu semen llenándome....
Terminamos de corrernos casi a la vez. Estás tumbado encima de mi espalda y siento tu respiración agitada calmarse poco a poco. Yo
también voy recobrando el aliento. Me besas la nuca mientras noto que vas saliendo de mi interior muy despacio. Al hacerlo sale parte
de tu semen. Te agachas un poco y noto como tu lengua me está limpiando. Estoy agotada, pero eso me excita...tanto que casi sin
darme cuenta me meo de gusto.
Cuando termino pasas tu mano por mis muslos.
- Menos mal que tu despacho tiene un baño con ducha a un paso..., te digo.
Y recogiendo mis sandalias, empiezo a andar hacia la puerta.
- Me gustan estas sorpresas, me dices...
Me vuelvo, te sonrío, te lanzo un beso y te contesto:
- En realidad yo venía a que me invitases a comer...Voy abriendo el grifo, no tardes....