martes, 20 de abril de 2021

Ella nunca lo hubiera imaginado...

Era un sábado por la mañana bastante temprano de uno de esos fines de semana cada vez más frecuentes que quedaban para pasarlos juntos. Habían llegado la víspera a media tarde, así que ya habían tenido tiempo de disfrutar el uno del otro. Había sido una noche intensa, pero él se había despertado pronto. Estuvo un rato observando como ella dormía tranquila y plácidamente. 
Cuando se conocieron ella apenas dormía dos horas seguidas y se sentía orgulloso de ver cómo había conseguido que se sintiera segura y protegida...que perdiera gran parte de sus miedos...y que durmiera serena...sonriendo... 
Luego cogió el portátil y se puso a escribir. Pero al rato sintió que tenía hambre así que pensó en bajar a comprar algo para desayunar y que cuando subiera, la despertaría para poder aprovechar al máximo el día. Así que salió de la cama y se fue a la ducha. Aprovechó que estaba sólo para poder tomarla de agua fría...con ella no podía...
Al terminar, se envolvió por la cintura en una toalla y se acercó al lavabo para afeitarse. Estaba empezando a ponerse la espuma cuando oyó que llamaban a la puerta y la voz de ella pidiendo permiso para entrar... 
- Buenos días, puedo pasar?...me meo mucho... 
- Buenos días zorrita, quítate las bragas fuera y pasa, quiero verte mear. 
Ella obedeció y dejó las bragas en el suelo a la entrada mientras sonreía y abría la puerta. Se sentó en la taza del vater y miró como él la observaba por el espejo...
Cuando oyó que ella empezaba a mear, se volvió diciéndole: 
-Separa las piernas zorra. 
Ella las abrió y el colocó su palma de la mano abierta tapándole el coño...mojándosela entera con el pis. Cuando terminó de orinar, él se quitó la toalla y comenzó a masturbarse con esa mano mientras con la otra acariciaba las tetas de ella. Se había excitado muchísimo al sentir el líquido caliente y notar como el coño de ella respondía. 
Mantuvo un ritmo bastante rápido y regular... -Ponte de rodillas delante mío, le ordenó... Y ella complaciente, lo hizo. Se colocó muy cerca, de forma que el capullo le tocaba la cara y se la mojaba con el líquido preseminal. Verle con la cara brillante y mirándole a los ojos excitada le ponía a mil. Le cogió del pelo para echarle la cabeza hacia atrás mientras le decía: 
- Abre la boca, perra...saca la lengua.... 
Y cuando la vio hacerlo con esa lujuria y esa sensualidad que ella emanaba, le vino el orgasmo llenando el rostro de ella, el cuello y los pechos de semen. La agarró con cuidado para levantarla y cuando estuvo de pie le lamió cada centímetro de piel que había manchado, limpiándola y besándola en la boca, metiéndole con la lengua lo que había recogido para que ella se lo tragase.... 
- Eres muy buena zorra. Te mereces un premio. 
Y la cogió en brazos llevándola a la cama. Era algo que a ella le encantaba que hiciera... La tumbó y cogiéndola por las piernas le colocó el culo en la esquina de la cama, se las separó y se colocó en medio. 
Le acarició con apenas un dedo desde el culo hasta el clítoris, comprobó lo empapada que estaba y se dispuso a comerle el coño como sabía que a ella le gustaba...a hacerle llegar al climax con su lengua y beberse el orgasmo que ella iba a entregarle. Ella simplemente respiró hondo y se abandonó al placer mientras se pellizcaba los pezones y él le follaba sólo con la lengua...la metía en la vagina moviéndola con rapidez y la sacaba para recorrer el pubis, las ingles, los labios y ese clítoris que parecía que iba a estallar de un momento a otro, succionándolo luego con los labios. Ella estaba al borde del éxtasis así que no quiso alargarlo más y le preguntó: 
- Quieres correrte, perra? 
- Si, por favor. contestó ella entre gemidos y respirando agitadamente. 
- Hazlo, córrete y entrégame tu orgasmo. 
Ella se agarró fuertemente a las sábanas y arqueando la espalda e intentando sin éxito juntar las piernas, se desbordó en su boca, ofreciéndole una intensísima corrida. 
El esperó un poco a que recobrase el aliento y cuando la vio que se relajaba en la cama, le miró a los ojos y le dijo:
- Sepárate los labios, zorra. 
Así lo hizo y al instante notó como la orina de él le regaba el clítoris y bajaba por su raja hasta su culo. Cuando terminó de mear, puso las manos a cada lado del cuerpo de ella apoyadas en la cama y se inclinó para besarla dulcemente en la boca... 
Ella entrecerró los ojos y una idea le vino a la cabeza: nunca hubiera imaginado sentir todo lo que estaba sintiendo con ese hombre...y una enorme sonrisa le iluminó la cara mientras él se tumbaba a su lado y la abrazaba....

lunes, 19 de abril de 2021

En cualquier momento...en cualquier lugar...

Hace un sol radiante, la temperatura es buena y es viernes. Estoy de vacaciones en tu casa y como tú no has podido escaquearte del trabajo, voy a hacerte una visita a ver si consigo que te cojas la tarde libre... Tu oficina está en un edificio bastante céntrico y llevo toda la mañana de compras, así que cojo un taxi y le doy la dirección. En un cuarto de hora estamos allí...
Saludo al portero y cojo el ascensor... Entro en tu despacho. Estás solo...hablas por teléfono. Me ves entrar y sonríes. Me acerco por detrás y te paso la lengua por la oreja mientras acaricio tus pezones por encima de la camisa. Empiezo a besarte el cuello a la vez que te masajeo el pecho. Sientes mis tetas en tu espalda. Sigues hablando, pero ya te empieza a costar concentrarte. Me pongo delante tuyo y me meto entre tí y la mesa sentándome en tus rodillas. 
Me chupo los dedos mirándote con lascivia y cuando no hablas te los meto en la boca. Noto crecer tu excitación cerca de mi muslo. Vuelvo a besarte por el cuello y restriego uno de mis pechos por el tuyo al hacerlo. Pones una excusa para colgar. Cuelgas. Me pongo cara a cara. Acerco mi entrepierna a la tuya. Me abrazo a tu cuello y mientras te acaricio la cabeza con las uñas mi lengua va entrando lujuriosa en tu boca... 
Correspondes a mi beso como esperaba y sin más llevas tu mano a mis bragas... Pero te llevas una gran sorpresa al ver que no llevo. Me miras interrogante y me meto la mano en el bolsillo para sacarlas. Las coges y me las pasas por el coño. Luego te las acercas a la cara y aspiras. Las hueles. Mi coño esta ya mojándote el pantalón. Vuelves a pasármelas y esta vez las chupas. 
Empiezo a soltarte el cinturón... Te acomodas en la silla para dejarme hacer y voy soltando los botones del pantalón uno a uno recreándome al hacerlo mientras tu juegas con tu lengua y la mía. Me muerdes los labios hasta hacerme dar un respingo. 
Te miro con el ceño fruncido. Me coges del pelo y tirando un poco hacia atrás pasas tu lengua por mis tetas por encima de mi blusa. Sientes mis pezones duros. Yo saco la punta del capullo por el elástico del boxer y mojándome la yema del dedo índice en mi coño, lo acaricio. Tú mientras tanto me mordisqueas los pezones dejando un cerco de saliva en mi blusa a su alredor... 
Paso la palma de la mano por la punta de la polla para recoger las primeras gotas con las que me deleita y me la chupo. 
Tu me estás soltando bruscamente la blusa. Estás muy excitado y no sabemos en que momento puede llegar alguien. Ya con la blusa desatada tiras del sujetador hacia abajo liberando mis tetas que erectas se te ofrecen deliciosas. Las coges con ambas manos y las masajease y magreas mientras te las metes en la boca primero una y luego la otra. 
A media que aumenta mi excitación busco tu polla con más ahínco y me voy echando hacia atrás apoyando la espalda en tu mesa... Colocas tu mano entre mi espalda y la mesa sujetándome. Has subido mi falda hasta la cintura y me separas las piernas. Yo estoy abandonada al placer y me dejo hacer. Metes de golpe tu dedo corazón en mi coño después de habermelo dado a lamer y haber recorrido con él mojado mi raja desde el clítoris hasta el culo recreándote una y otra vez. Ya dentro, lo mueves rápido. Mi flujo va manchando tus pantalones... 
Sientes como mi coño se contrae y palpita de excitación. Sabes que estoy a punto. Sigues follándome con el dedo y a la vez con el pulgar presionas y masturbas mi clítoris. Sacas el dedo y me lo metes en la boca. Y vuelves a rocorrer mi raja. Esta vez me cubres ambos agujeros. Eso hace que mi espalda se arquee acercando mis tetas más a tí... Me gusta y lo sabes. 
- Más, le pido... 
- Que quieres zorra?, me preguntas. Correrte? 
- Sí, te contesto jadeante...sí por favor... 
- Bien, estás muy puta y te lo has ganado. Córrete para mí, C...Compláceme...mi zorra 
Esas palabras son para mí como un resorte que me activa más aún. Sentirme tu zorra, saber que te estoy complaciendo es el climax para mí. Y así te lo demuestro. 
Mientras tu disfrutas de mi cuerpo a tu antojo, yo me rindo al primero de mis orgasmos... Me ayudas a ponerme de pie. Sigo con la falda por la cintura. Me separas las piernas y pasas tu polla por la parte interna de mis muslos y por el clítoris aún sensible. Me das la vuelta. Me quitas la blusa y me apoyas sobre la mesa doblándome la cintura. Con una mano me pones las manos a la espalda mientras oigo que abres un cajón de tu mesa y percibo un ruido metálico que identifico al instante. 
Intento girar la cabeza, pero no me dejase. Siento las esposas alrededor de mis muñecas y tu aliento en mi oído al susurrarme: - A quién perteneces, puta? - Soy tuya, sólo tuya... Eso te excita. Te agarras la polla, la lubricas en mi coño y separando mis nalgas, la vas metiendo despacio... Sí, me embistes el culo con firmeza. La sacas y me la restriegas. Acercas el capullo a la entrada del coño y al sentirlo, yo muevo el culo como si pudiera así metérmelo. Te gusta verme y sentirme tan ansiosa de tí. Y me das lo que pido. Me la clavas de golpe y aceleras el ritmo. Me tienes otra vez a las puertas del cielo. Pero quieres disfrutarme más. Entras cada vez más rápido. En mi se mezcla un punto de dolor y el enorme placer de tenerte dentro, de sentirte tan excitado, de oírte gemir, bramar. Me retiras aún más la falda y acaricias mis nalgas. 
Conozco esas caricias...son el preludio a los cachetes que acompañan a tu orgasmo. Mi cuerpo se tensa, toda yo me rindo ante tí y me abandono a tu placer que es el mío. 
- Vamos zorra, córrete conmigo. 
Y mientras noto tu mano firme en mi culo, siento tu semen llenándome.... 
Terminamos de corrernos casi a la vez. Estás tumbado encima de mi espalda y siento tu respiración agitada calmarse poco a poco. Yo también voy recobrando el aliento. Me besas la nuca mientras noto que vas saliendo de mi interior muy despacio. Al hacerlo sale parte de tu semen. Te agachas un poco y noto como tu lengua me está limpiando. Estoy agotada, pero eso me excita...tanto que casi sin darme cuenta me meo de gusto. Cuando termino pasas tu mano por mis muslos.
- Menos mal que tu despacho tiene un baño con ducha a un paso..., te digo. 
Y recogiendo mis sandalias, empiezo a andar hacia la puerta. 
- Me gustan estas sorpresas, me dices... 
Me vuelvo, te sonrío, te lanzo un beso y te contesto: 
- En realidad yo venía a que me invitases a comer...Voy abriendo el grifo, no tardes....

miércoles, 14 de abril de 2021

Entregada a él

Hacía muy poco tiempo que se habían conocido en un foro de temática sexual. Era un sitio curioso en donde la gente entraba a hablar de sus experiencias, de sus fantasías...pero sobre todo donde esperaban encontrar a alguien con quien dejar volar la imaginación y saciar sus más bajos instintos sin compromisos, sin ataduras...Sexo por sexo...placer por placer,,, 
Ella llevaba ya un tiempo registrada y había conocido a todo tipo de personajes. Había hecho ciertas amistades, había creado ciertos vínculos e incluso, había tenido un par de relaciones durante casi dos años de las que casualmente se estaba alejando en este momento. Estaba bastante tocada moralmente y muy decepcionada ...pero era una persona abierta y eso no le impedía seguir relacionándose. 
El sitio en cuestión tenía unas salas de chat organizadas por tema y a las que ella solía entrar cuando veía a alguien conocido... Pero había una que para ella estaba casi prohibida. La sala de bdsm...era un sitio en el que experiencias traumáticas durante su corto matrimonio le impedían entrar. 
Había conocido a supuestos Amos, incluso habia interactuado con alguno de ellos...Pero nunca se los había tomado muy en serio...más que nada le parecían una panda de mandones que en casa no podían casi ni respirar sin pedir permiso y que necesitaban sentir de vez en cuando que ostentaban el poder...Y esa era una manera de hacerlo... 
Pero ese día vió a alguien en la sala que acababa de terminar una relación y pensó que tampoco le iba a pasar nada por entrar a saludar....y entró.... Saludó, charló un rato y conoció a un par de tipos agradables con los que cambió un par de impresiones y la dirección del msn. 
En ese momento no pudo imaginar todo lo que viviría con uno de ellos. Hablaron, mucho, conectaron mucho, él le contó lo que buscaba y ella le confesó lo que quería...Parecía que si los dos ponían de su parte...podrían unir bastantes piezas del puzzle juntos... 
Pasaron muchas horas hablando, conectaron muchísimo a nivel sexual...se atraian, se excitaban mutuamente y habían logrado compenetrarse en ese aspecto como ella no recordaba haberlo hecho con nadie con esa intensidad. 
El sabía que el camino era largo...había que quitarle el miedo, ganarse su confianza y conseguir que se dejase llevar sin reparos...No había prisa y lo estaba consiguiendo poco a poco.... Hablaron de quedar a conocerse y quedaron un fin de semana para verse y tocar ciertos temas que creían que era mejor limarlos cara a cara... 
Un fin de semana sin sexo...sólo una toma de contacto...Y lo hicieron... El viernes por la tarde él llegaba en coche a la estación de autobuses de Zaragoza justo a tiempo para ayudarle a ella a sacar la bolsa de viaje del maletero. Se vieron, se miraron, se sonrieron...cogieron la bolsa, se apartaron del autobús y se besaron...en la boca...largo...cálido...y dulce... 
Ella estaba nerviosa y el beso le sirvió para tranquilizarle. Le miró a él de arriba abajo y sonriendo le dijo: 
- realmente impones... 
Y él devolviéndole la sonrisa, contestó: 
- realmente eres muy pequeña...pero me encantas... 
Subieron al coche y se dirigieron al hotel...aparcaron, se volvieron a besar y ella poco a poco se fue relajando... Cuando llegaron a la habitación estaba tranquila y propuso darse una ducha... 
- sin sexo, acuérdate...le dijo.. 
- sin sexo, pero puedo acariciarte...contesto él... 
Ella ya estaba abriendo el grifo y dejando correr el agua cuando el entró en el baño y cogiéndola desde atrás, le dió la vuelta para darle un largo y húmedo beso en la boca...metiéndole la lengua hasta dentro...paró un momento para quitarle la camiseta...y volvió a besarla...pero esta vez además acariciaba sus pechos por encima del sujetador...
Ella se había enganchado con los dedos pulgares a las trabillas del pantalón de él y busco la hebilla del cinturón para soltárselo...sin dejar de besarse...sin dejar de mirarse... 
El había puesto sus pezones duros y ahora estaba pellizcándolos suavemente mientras ella soltaba despacio los botones de la camisa...uno a uno...sin prisa... quitándosela la dejaba caer la suelo. 
Cuando sintió el pecho de él desnudo, y mientras él le quitaba el sujetador, ella lamía con la punta de la lengua sus pezones y recorría las aureolas mientras soltaba los botones de la bragueta del pantalón y tal y como había hecho con la camisa...lo dejaba en el suelo... 
Para entonces, la temperatura del ambiente había subido unos cuantos grados y la excitación de ambos iba acelerándoles la respiración y los movimientos... El sólo ya con el boxer, terminó de desnudarla, dejándole sólo las bragas puestas...y empezó a acariciarla con las yemas de los dedos desde la nuca hasta los tobillos pasando por cada poro de su piel...sintiendo como ella se estremecía...como se iba abandonando a esa sensación de placer sin oponer ninguna resistencia... Ella acariciaba por encima del boxer la polla cada vez más dura y el capullo cada vez más mojado empapando así el gayumbo y relamiéndose de gusto pensando en como iba a chuparlo... - Vamos a la habitación?, le preguntó él...y sin esperar la respuesta la cogió en brazos y la tumbó en la cama. Se coloco de rodillas encima de ella y recorrió cada cm de su cuerpo con sus labios primero y con la lengua después. Cuando llegó al pubis, separó un poco sus piernas y olió sus bragas...aspiró el intenso y dulce olor a sexo que tantas veces se había maginado...las mordisqueó y las lamió pasando repetidas veces la lengua por ellas. Ella arqueaba la espalda de placer con cada lamida y separaba las piernas un poco más ofreciéndose sin reservas. - Cómo me pones, zorra...dijo el mientras acariciaba su coño con lo dedos por encima de las bragas... Ella pronunció el nombre de él en un gemido...se sentía cómoda...se sentía bien...Le gustaba sentirse dominada por él...porque a la vez se sentía protegida...como si nada malo pudiera pasarle... 
- Estás bien?, le preguntó él. 
- Muy bien, dijo ella. 
- Voy a traer un par de cosas...no te pongas nerviosa... 
Ella le miró interrogante y fijamente...él acaricio su mejilla y se aparto de ella yendo hacia su maleta. Le siguió con la mirada incorporándose en la cama y vió como la abría y sacaba un antifaz negro y las esposas de las que tanto habían hablado. Su cuerpo se tensó en una décima de segundo...él se sentó frente a ella en la cama, le cogió las manos y dándole un beso le dijo: - Estate tranquila, sólo quiero que te familiarices con ellos, que los cojas, que los sientas...si? 
- Si, contesto ella. Cogió el antifaz y lo tocó como una niña toca un peluche...sintiéndolo suave... - Quieres probarlo?, le preguntó él. 
Ella le miró y asintió muy tímidamente con la cabeza... 
El le colocó con cuidado el antifaz y le besó en la boca. 
- Ahora voy a tumbarte y voy a acariciarte, vale? relájate... 
- Vale, contestó ella en un suspiro...
 A él le excitaba enormemente verla así...tenerla delante con los ojos tapados...que estuviera accediendo a lo que le proponía...pero sabía que tenía que ir con mucho cuidado, porque cualquier gesto podría crisparla. 
Se tumbó de costado junto a ella y empezó a acariciarle con la mano un hombro, a recorrer el pezón con los dedos, a juguetear con él...bajó por el canalillo hacia el ombligo rodeándolo un par de veces...y siguió el camino hacia las bragas asegurándose antes de que ella estaba bien y disfrutando... 
Cuando llego al pubis lo acarició primero suave y luego mas fuerte por encima de la tela y luego la separó muy despacio accediendo a los labios y al clítoris hinchado y caliente por la excitación...lo acarició y bajo hacia el coño sintiendo la humedad mojarle los dedos... Ella respiraba cada vez de forma más agitada y de vez en cuando gemía su nombre... 
- Ahora voy a ponerme encima tuyo para besarte y a lamer todo tu cuerpo...vale? 
- Si, jadeó ella... 
El se colocó encima de ella apoyó las manos a ambos lado de su cuerpo sobre la cama y coloco su polla aún dentro del boxer en contacto con el cuerpo de ella para que notase lo excitado que estaba...Y comenzó a besarle y a lamerle de nuevo todo el cuerpo deseando llegar y meterse en sus bragas... Llegó y las chupó intensamente, las recorrió con la lengua saboreándolas...estaba a mil...deseaba penetrarla...quería hacerla suya...la sentía suya y quería demostrárselo... 
Le quito las bragas, separó sus piernas y empezó a comerle el coño con intensidad.... Eso la puso a mil, era algo que le volvía loca y a lo que no se podía resistir, y él lo sabía asi que se dedicó a fondo separando bien los labios y recorriendo con su lengua cada recobeco de aquel coño que se le entregaba sin reparos... 
- Que zorra eres y como me gustas... 
- Sólo para tí M. 
- Eres mi puta I. 
Ella intentaba juntar las piernas, señal inequívoca de que estaba a punto de llegar al orgasmo...  
- Quieres correrte, zorra? 
- Sí. M., no aguanto más, quiero correrme en tu boca...quiero darte mi orgasmo... 
- Vamos zorrita, dame lo que es mío... 
Ella oyó como se quitaba el boxer y comenzaba a masturbarse mientras le llevaba a ella al éxtasis...haciéndola explotar de placer sin dejar de beber el flujo de su orgasmo... 
Cuando ella se hubo corrido subió a besarle en la boca. Y luego, recorrió sus labios con su polla...Ella saco la lengua para lamerla y el se la restregó una y otra vez...dándosela a oler, a lamer, dejando que le mordisquease el capullo... 
-Quiero comérmela, dijo ella... 
-Quieres polla, perra? 
- Si... 
Ella oyó un sonido de metal y todo su cuerpo se tensó de golpe... 
-Tranquila...cógelas...tócalas... 
La besó mientras ella tenía las esposas en la mano...y cogiéndola muy despacio de las muñecas le susurro al oído... 
- Ahora voy a ponértelas y te voy a atar al cabezal de la cama...luego voy a besarte y a acariciarte hasta que me pidas que te folle...vale? Estate tranquila...relájate...separa las piernas... 
Ella sentía una mezcla de tensión y excitación. Le vinieron a visitar ciertos fantasmas del pasado, pero por otra parte, confiaba en él al 100%..así que obediente respiró hondo, separó las piernas y se dejó llevar... 
El sentía como se iba relajando poco a poco a medida que él la besaba y acariciaba y la excitación de ambos iba en aumento... Le acarició los muslos y las ingles poniendo el pulgar en el clítoris hundió primero uno y luego dos dedos en su coño y los movió dentro mientras con la otra mano restregaba el capullo por su muslo... 
Le notaba cada vez más excitada y a él verla atada y a su merced le ponía a mil. Se cogió la polla fuertemente y la movió muy deprisa, casi al mismo tiempo que oyó como ella le pedía apenas susurrando: 
- Fóllame M. 
- No te oigo, zorra, qué has dicho?
- Que me folles, pidió ella esta vez más alto... 
No necesitó repetirlo, le separó más las piernas, colocándose encima de ella la penetró sin contemplaciones de una embestida ...y ya dentro de ella se movió una y otra vez sin parar sintiendo como ella tensaba el cuerpo, pero esta vez de excitación...
Le agarró por la barbilla y mientras su polla llenaba su coño de semen, su lengua se movia muy rápido dentro de su boca a la vez que sentía como ella se deshacía de placer regalándole su segundo orgasmo... Permaneció dentro de ella unos minutos...después salió y acercó la polla a la boca para que se la limpiara mientras la desataba y le quitaba el antifaz...
Le miró a los ojos y cuando ella le regaló una sonrisa...simplemente la beso....

martes, 6 de abril de 2021

Jugando con la nata

Ella estaba trabajando en el ordenador. El le había llamado para decirle que ya había terminado de trabajar y que subía a buscarle para salir a dar una vuelta. Iba muy atrasada con la traducción que tenia que entregar y se estaba preparando mientras hacia las últimas correcciones a la página que acababa de terminar. 
Cuando él llegó no estaba vestida del todo. Llevaba puesta la ropa interior, bragas y sujetador de algodón a juego blancos con rayas muy finas negras y calcetines que le llegaban hasta justo debajo de la rodilla, también de rayas pero mas anchas. Estaba descalza y se había puesto una blusa blanca y entallada por la cintura, que le marcaba las caderas y que a la altura del pecho el botón le ataba lo justo dejando ver un sugerente canalillo. 
Tenía el pelo recién lavado y recogido en un moño para que no le molestase sujeto con un lapicero, el rimmel dado en las pestañas y los labios pintados de un rosa fucsia que sabia que a él le iba a volver loco. 
El oculista le había recomendado que llevase gafas por lo menos cuando fuese a pasar muchas horas seguidas en el ordenador y al final había claudicado y había encargado unas que ahora le resultaba incluso interesante el aspecto que le daban. 
Iba a ponerse los pantalones vaqueros cuando sonó el timbre de la puerta de abajo. Era él. 
- Sube, le dijo, no estoy preparada del todo aun... 
- Siempre... se empezó a oír desde el otro lado, y ella riéndose colgó el interfono para no seguir escuchando sus protestas. 
Esperó a que estuviese ya en el rellano de la escalera para abrirle la puerta, venía dispuesto a quejarse por tocarle siempre esperar a que terminase de hacer algo, pero cuando la vió apoyada en el marco de la puerta, sólo pudo decirle: 
- Uf, pareces una maestra pervertida 
A ella aquel comentario le hizo muchísima gracia y soltó una pícara carcajada, le agarró de la corbata y le metió para dentro. Los dos sabían que ya no darían esa vuelta. 
Entraron en el salón y ella encendió las velas que siempre tenía estratégicamente colocadas por las habitaciones, apagó las luces y prendió las barritas de incienso que salían de los dos budas que tenia a ambos lados del sofá. 
Sólo faltaba la música. Esa misma mañana habia comprado un cd de txalaparta que aun no habían escuchado y ese le pareció un buen momento para hacerlo.
Mientras ella iba de aquí para allá por la habitación, él se había quitado la americana y la corbata y se había sentado en el medio del sofá apoyando la espalda contra el respaldo y observándola pensó que estaba cansado pero que seguro, merecía la pena. 
Ella sabía que tenía un compañero de baja y que le estaba tocando hacer sus clientes también, así que se puso frente a él, sentada en sus piernas y empezó a soltarle los botones de la camisa. El iba a hacer lo propio con los de ella, pero le detuvo, le besó en la boca y le dijo: 
- Tú, relájate y disfruta... Por la forma en que estaba sentada encima de él en seguida se dió cuenta de que la idea le había gustado porque notó en su entrepierna como la polla se empezaba a poner dura. Esto hizo que ella empezase a moverse con suaves balanceos restregándola por sus bragas a la vez que le daba suaves mordiscos en las orejas, le chupaba con delicadeza el cuello y unía sus labios a los de él metiéndole la lengua hasta dentro. 
Cuando terminó de desabrocharle la camisa, dejó su pecho al descubierto sin quitársela del todo. Le pasó las manos repetidamente en suaves caricias y jugueteó con sus pezones, pasándoles la punta de la lengua. El le había puesto las manos en las caderas y la movía hacia delante y hacia atrás como si se tratase de una mecedora, lo que hacía que la polla estuviese cada vez más dura y las bragas de ella cada vez más empapadas. 
Ella empezó a soltarle la hebilla del cinturón inclinándose un poco y doblando la cintura dejando el escote al descubierto. El panorama fué demasiado como para que él estuviese quieto. El sujetador le juntaba sus grandes pechos dándoles una exquisita forma redonda y la visión del canalillo hizo que no pudiese aguantar el deseo de recorrerlo con la lengua. 
La boca se le hizo agua sólo de pensarlo. Le quitó las gafas, le soltó el pelo y la arrimó hacia el mientras lo recorría una y otra vez. Ella sintió un placentero cosquilleo y echó la cabeza hacia atrás para que él tuviese mas fácil acceso. De repente se le ocurrió una cosa. 
- Espera, le dijo, ahora vuelvo. No te muevas de ahí, y señalándole la bragueta, .... y mantén eso a punto. 
El empezó a pasarse la palma de la mano por encima del pantalón y mientras terminaba de quitarse el cinturón, le contestó: 
- Tranquila, no pienso moverme, pero no tardes. 
Oyó como abría la puerta de la nevera y al momento supo lo que tramaba y cuando la vió aparecer con el bote de nata montada un excitante escalofrío le recorrió todo el cuerpo. Ella le miro divertida, volvió a coger postura encima de él , quitó la tapa y metiéndose la cánula entre las tetas dejó soltar un enorme chorro que hizo que aquello pareciese una catarata de espuma entre dos montañas. 
El panorama era mas que excitante y sin pensárselo dos veces el empezó a lamer la nata y a extenderla con la lengua por el escote mientras le soltaba la camisa. El sujetador se ataba por delante así que sólo tuvo que dar un suave tirón para soltarlo y dejar los pechos al descubierto. 
Los agarró con las dos manos y los besó y los lamió hasta que no quedó nada de nata en ellos. Repitió la operación, pero ahora la nata corría bajando hacia abajo y el obediente la siguió con la lengua, entreteniéndose a juguetear en el ombligo para volver otra vez hacia arriba a terminar de dejar los pechos limpios. 
Ella se reía divertida y excitada y cuando tuvo la boca de él cerca le atrajo la cabeza hacia sí y le dió un sensual, jugoso y largo beso, jugueteando con las lenguas dentro de la boca. Estuvieron así abrazados unos minutos, pecho contra pecho y rozándose suavemente el pubis y el pene. 
El le separó con un dedo las bragas y le metió la otra mano para acariciarle el coño y ella notando que su polla ya no cabía dentro de los pantalones metió la mano por los gayumbos para sacarla. 
Cogió el bote de nata y antes de que el se diese cuenta la embadurno entera, desde el capullo hasta los huevos y adivinado lo que iba a pasar ahora, él se acomodo en el sofá cogiendo posición para que ella pudiese comérsela estando cómoda. Ella se arrodilló delante de él, entre sus piernas, se quitó la camisa y agarrando la polla con una mano y los huevos con la otra se la metió en la boca a la vez que la meneaba con movimientos bien acompasados cogiendo un ritmo que a él le hizo estremecerse y gemir de puro placer. 
De vez en cuando ella levantaba la vista para mirarle a los ojos. Le gustaba ver como se reflejaba el deseo y la excitación en ellos. El le estaba acariciando el pelo a la vez que le movía la cabeza con suavidad acompañando el ritmo que ella iba imponiendo. Estuvieron así un buen rato, alternando la mamada dentro de la boca con chupadas con la lengua que la recorrían entera de arriba a abajo incluyendo lametones y succiones en los huevos. Estaba enormemente excitada, se notaba muy mojada y cogió la mano de él para llevársela hasta las bragas moviéndosela en una insinuación de que había llegado el momento de que se lo trabajase. 
Entendiendo la indirecta el se levantó, terminó de desnudarse y le quitó las bragas a ella. Le acarició el coño mientras los dos estaban de pie pasándole el dedo por el clítoris y metiéndoselo por la vagina una y otra vez mientras que con la otra mano le sobaba los pechos primero y el culo después. Le estaba poniendo a cien de tal manera que a ella le costaba mantenerse de pie, necesita apoyarse en algún sitio porque las piernas le temblaban de placer. 
Cogió la nata otra vez y se vació el bote entre las piernas, él la miraba excitado y divertido, ella le empujó a sentarse de nuevo en el sofá y se colocó como antes pero esta vez en lugar de estar sentada, se puso de pie de forma que la boca de él quedaba justo a la altura del montón de nata. Apoyo las dos manos en el respaldo del sofá y le dijo: 
- Ahora, cómemelo. No se hizo de rogar y empezó a lamerle el coño pasándole la lengua por todo el clítoris una y otra vez y a medida que la nata iba desapareciendo, se abría camino hacia la vagina, metiendo primero la punta y luego la lengua entera y moviéndola dentro como si de una polla se tratase. Los gemidos de ella no hacían si no excitarle mas y empezó a juguetearle en el culo, metiéndole primero un poco el dedo y poco a poco más haciendo que se moviese ayudando así a darle más placer. De vez en cuando él dejaba el culo de ella para masturbarse y así no perder ni un ápice de excitación. Estaban llegando los dos al punto cumbre y él sabiendo lo mucho que le gustaba a ella que se corriesen juntos, le preguntó suavemente mientras le acariciaba las nalgas: - vamos? - vamos, le dijo ella sonriéndole El le agarró de las caderas y le puso suavemente de rodillas y antes de que ella se diese cuenta tenía su poya dentro, gimiendo de placer los dos empezaron a moverse a la vez como si siempre hubiesen estado unidos por esas partes de su cuerpo. 
A la vez se besaban frenéticamente uniendo sus lenguas dentro de su boca. Tenían las manos entrelazadas como si les diese miedo que algo les separase. En el cd sonaba un solo de txalaparta que parecía adivinar lo que estaba pasando y la música se unía perfectamente al movimiento de los cuerpos. Generalmente ella empezaba a correrse unos segundos antes y hoy no iba a ser una excepción, esto hacía que a él al sentir como se estremecía ella no pudiese aguantar más y juntos alcanzasen el orgasmo. Cuando terminaron se quedaron en esa postura un buen rato, cansados y satisfechos y dándose pequeños besos en la boca, en el cuello y en los hombros, mientras se relajaban todos los músculos de su cuerpo. 
Terminó la música, se apagaron las velas y el incienso ya no ardía. Se tumbaron en el sofá, se taparon con una manta y unidos en cuerpo y alma se quedaron profundamente dormidos...