jueves, 10 de junio de 2021

Masturbándome mientras te pienso...

Me has dejado mojada y me he quedado con las ganas de sentirte comprobando la humedad de mis bragas con tu lengua...de mojarlas más poniendo tu mano encima de ellas y restregándola por fuera...sintiendo como mi coño se humedece cada vez más...
Y me he tumbado en mi cama...me he quitado los pantalones y he sacado por encima del sujetador mis tetas...los pezones estaban duros...los he pellizcado y lamido y los he acariciado con mis dedos mojados en mi vagina... 
He abierto las piernas mientras me acariciaba los muslos por dentro subiendo lentamente hasta que he llegado al pubis caliente, excitado imaginando que no era mi mano sino la tuya la que me abría y separaba los labios y colocando la palma de la mano lo cubría entero....moviéndola y acariciándome el clítoris arriba y abajo mientras uno de tus dedos entra suavemente primero y según la excitación va en aumento y yo muevo mis caderas y metes otro y me follas con ellos....
No he podido dejar de imaginarme tu polla poniéndose dura para mí mientras me miras y deseas acariciarme...como se moja el capullo a la vez que mi coño...como se me mueven las tetas con tus movimientos...como me lames, acaricias, besas y me susurras al oído: 
- Vamos zorra, dámelo todo...
Nos imagino excitados y disfrutando juntos...y mientras siento como sale tu semen y me salpica...mi coño se corre palpitante....

martes, 20 de abril de 2021

Ella nunca lo hubiera imaginado...

Era un sábado por la mañana bastante temprano de uno de esos fines de semana cada vez más frecuentes que quedaban para pasarlos juntos. Habían llegado la víspera a media tarde, así que ya habían tenido tiempo de disfrutar el uno del otro. Había sido una noche intensa, pero él se había despertado pronto. Estuvo un rato observando como ella dormía tranquila y plácidamente. 
Cuando se conocieron ella apenas dormía dos horas seguidas y se sentía orgulloso de ver cómo había conseguido que se sintiera segura y protegida...que perdiera gran parte de sus miedos...y que durmiera serena...sonriendo... 
Luego cogió el portátil y se puso a escribir. Pero al rato sintió que tenía hambre así que pensó en bajar a comprar algo para desayunar y que cuando subiera, la despertaría para poder aprovechar al máximo el día. Así que salió de la cama y se fue a la ducha. Aprovechó que estaba sólo para poder tomarla de agua fría...con ella no podía...
Al terminar, se envolvió por la cintura en una toalla y se acercó al lavabo para afeitarse. Estaba empezando a ponerse la espuma cuando oyó que llamaban a la puerta y la voz de ella pidiendo permiso para entrar... 
- Buenos días, puedo pasar?...me meo mucho... 
- Buenos días zorrita, quítate las bragas fuera y pasa, quiero verte mear. 
Ella obedeció y dejó las bragas en el suelo a la entrada mientras sonreía y abría la puerta. Se sentó en la taza del vater y miró como él la observaba por el espejo...
Cuando oyó que ella empezaba a mear, se volvió diciéndole: 
-Separa las piernas zorra. 
Ella las abrió y el colocó su palma de la mano abierta tapándole el coño...mojándosela entera con el pis. Cuando terminó de orinar, él se quitó la toalla y comenzó a masturbarse con esa mano mientras con la otra acariciaba las tetas de ella. Se había excitado muchísimo al sentir el líquido caliente y notar como el coño de ella respondía. 
Mantuvo un ritmo bastante rápido y regular... -Ponte de rodillas delante mío, le ordenó... Y ella complaciente, lo hizo. Se colocó muy cerca, de forma que el capullo le tocaba la cara y se la mojaba con el líquido preseminal. Verle con la cara brillante y mirándole a los ojos excitada le ponía a mil. Le cogió del pelo para echarle la cabeza hacia atrás mientras le decía: 
- Abre la boca, perra...saca la lengua.... 
Y cuando la vio hacerlo con esa lujuria y esa sensualidad que ella emanaba, le vino el orgasmo llenando el rostro de ella, el cuello y los pechos de semen. La agarró con cuidado para levantarla y cuando estuvo de pie le lamió cada centímetro de piel que había manchado, limpiándola y besándola en la boca, metiéndole con la lengua lo que había recogido para que ella se lo tragase.... 
- Eres muy buena zorra. Te mereces un premio. 
Y la cogió en brazos llevándola a la cama. Era algo que a ella le encantaba que hiciera... La tumbó y cogiéndola por las piernas le colocó el culo en la esquina de la cama, se las separó y se colocó en medio. 
Le acarició con apenas un dedo desde el culo hasta el clítoris, comprobó lo empapada que estaba y se dispuso a comerle el coño como sabía que a ella le gustaba...a hacerle llegar al climax con su lengua y beberse el orgasmo que ella iba a entregarle. Ella simplemente respiró hondo y se abandonó al placer mientras se pellizcaba los pezones y él le follaba sólo con la lengua...la metía en la vagina moviéndola con rapidez y la sacaba para recorrer el pubis, las ingles, los labios y ese clítoris que parecía que iba a estallar de un momento a otro, succionándolo luego con los labios. Ella estaba al borde del éxtasis así que no quiso alargarlo más y le preguntó: 
- Quieres correrte, perra? 
- Si, por favor. contestó ella entre gemidos y respirando agitadamente. 
- Hazlo, córrete y entrégame tu orgasmo. 
Ella se agarró fuertemente a las sábanas y arqueando la espalda e intentando sin éxito juntar las piernas, se desbordó en su boca, ofreciéndole una intensísima corrida. 
El esperó un poco a que recobrase el aliento y cuando la vio que se relajaba en la cama, le miró a los ojos y le dijo:
- Sepárate los labios, zorra. 
Así lo hizo y al instante notó como la orina de él le regaba el clítoris y bajaba por su raja hasta su culo. Cuando terminó de mear, puso las manos a cada lado del cuerpo de ella apoyadas en la cama y se inclinó para besarla dulcemente en la boca... 
Ella entrecerró los ojos y una idea le vino a la cabeza: nunca hubiera imaginado sentir todo lo que estaba sintiendo con ese hombre...y una enorme sonrisa le iluminó la cara mientras él se tumbaba a su lado y la abrazaba....

lunes, 19 de abril de 2021

En cualquier momento...en cualquier lugar...

Hace un sol radiante, la temperatura es buena y es viernes. Estoy de vacaciones en tu casa y como tú no has podido escaquearte del trabajo, voy a hacerte una visita a ver si consigo que te cojas la tarde libre... Tu oficina está en un edificio bastante céntrico y llevo toda la mañana de compras, así que cojo un taxi y le doy la dirección. En un cuarto de hora estamos allí...
Saludo al portero y cojo el ascensor... Entro en tu despacho. Estás solo...hablas por teléfono. Me ves entrar y sonríes. Me acerco por detrás y te paso la lengua por la oreja mientras acaricio tus pezones por encima de la camisa. Empiezo a besarte el cuello a la vez que te masajeo el pecho. Sientes mis tetas en tu espalda. Sigues hablando, pero ya te empieza a costar concentrarte. Me pongo delante tuyo y me meto entre tí y la mesa sentándome en tus rodillas. 
Me chupo los dedos mirándote con lascivia y cuando no hablas te los meto en la boca. Noto crecer tu excitación cerca de mi muslo. Vuelvo a besarte por el cuello y restriego uno de mis pechos por el tuyo al hacerlo. Pones una excusa para colgar. Cuelgas. Me pongo cara a cara. Acerco mi entrepierna a la tuya. Me abrazo a tu cuello y mientras te acaricio la cabeza con las uñas mi lengua va entrando lujuriosa en tu boca... 
Correspondes a mi beso como esperaba y sin más llevas tu mano a mis bragas... Pero te llevas una gran sorpresa al ver que no llevo. Me miras interrogante y me meto la mano en el bolsillo para sacarlas. Las coges y me las pasas por el coño. Luego te las acercas a la cara y aspiras. Las hueles. Mi coño esta ya mojándote el pantalón. Vuelves a pasármelas y esta vez las chupas. 
Empiezo a soltarte el cinturón... Te acomodas en la silla para dejarme hacer y voy soltando los botones del pantalón uno a uno recreándome al hacerlo mientras tu juegas con tu lengua y la mía. Me muerdes los labios hasta hacerme dar un respingo. 
Te miro con el ceño fruncido. Me coges del pelo y tirando un poco hacia atrás pasas tu lengua por mis tetas por encima de mi blusa. Sientes mis pezones duros. Yo saco la punta del capullo por el elástico del boxer y mojándome la yema del dedo índice en mi coño, lo acaricio. Tú mientras tanto me mordisqueas los pezones dejando un cerco de saliva en mi blusa a su alredor... 
Paso la palma de la mano por la punta de la polla para recoger las primeras gotas con las que me deleita y me la chupo. 
Tu me estás soltando bruscamente la blusa. Estás muy excitado y no sabemos en que momento puede llegar alguien. Ya con la blusa desatada tiras del sujetador hacia abajo liberando mis tetas que erectas se te ofrecen deliciosas. Las coges con ambas manos y las masajease y magreas mientras te las metes en la boca primero una y luego la otra. 
A media que aumenta mi excitación busco tu polla con más ahínco y me voy echando hacia atrás apoyando la espalda en tu mesa... Colocas tu mano entre mi espalda y la mesa sujetándome. Has subido mi falda hasta la cintura y me separas las piernas. Yo estoy abandonada al placer y me dejo hacer. Metes de golpe tu dedo corazón en mi coño después de habermelo dado a lamer y haber recorrido con él mojado mi raja desde el clítoris hasta el culo recreándote una y otra vez. Ya dentro, lo mueves rápido. Mi flujo va manchando tus pantalones... 
Sientes como mi coño se contrae y palpita de excitación. Sabes que estoy a punto. Sigues follándome con el dedo y a la vez con el pulgar presionas y masturbas mi clítoris. Sacas el dedo y me lo metes en la boca. Y vuelves a rocorrer mi raja. Esta vez me cubres ambos agujeros. Eso hace que mi espalda se arquee acercando mis tetas más a tí... Me gusta y lo sabes. 
- Más, le pido... 
- Que quieres zorra?, me preguntas. Correrte? 
- Sí, te contesto jadeante...sí por favor... 
- Bien, estás muy puta y te lo has ganado. Córrete para mí, C...Compláceme...mi zorra 
Esas palabras son para mí como un resorte que me activa más aún. Sentirme tu zorra, saber que te estoy complaciendo es el climax para mí. Y así te lo demuestro. 
Mientras tu disfrutas de mi cuerpo a tu antojo, yo me rindo al primero de mis orgasmos... Me ayudas a ponerme de pie. Sigo con la falda por la cintura. Me separas las piernas y pasas tu polla por la parte interna de mis muslos y por el clítoris aún sensible. Me das la vuelta. Me quitas la blusa y me apoyas sobre la mesa doblándome la cintura. Con una mano me pones las manos a la espalda mientras oigo que abres un cajón de tu mesa y percibo un ruido metálico que identifico al instante. 
Intento girar la cabeza, pero no me dejase. Siento las esposas alrededor de mis muñecas y tu aliento en mi oído al susurrarme: - A quién perteneces, puta? - Soy tuya, sólo tuya... Eso te excita. Te agarras la polla, la lubricas en mi coño y separando mis nalgas, la vas metiendo despacio... Sí, me embistes el culo con firmeza. La sacas y me la restriegas. Acercas el capullo a la entrada del coño y al sentirlo, yo muevo el culo como si pudiera así metérmelo. Te gusta verme y sentirme tan ansiosa de tí. Y me das lo que pido. Me la clavas de golpe y aceleras el ritmo. Me tienes otra vez a las puertas del cielo. Pero quieres disfrutarme más. Entras cada vez más rápido. En mi se mezcla un punto de dolor y el enorme placer de tenerte dentro, de sentirte tan excitado, de oírte gemir, bramar. Me retiras aún más la falda y acaricias mis nalgas. 
Conozco esas caricias...son el preludio a los cachetes que acompañan a tu orgasmo. Mi cuerpo se tensa, toda yo me rindo ante tí y me abandono a tu placer que es el mío. 
- Vamos zorra, córrete conmigo. 
Y mientras noto tu mano firme en mi culo, siento tu semen llenándome.... 
Terminamos de corrernos casi a la vez. Estás tumbado encima de mi espalda y siento tu respiración agitada calmarse poco a poco. Yo también voy recobrando el aliento. Me besas la nuca mientras noto que vas saliendo de mi interior muy despacio. Al hacerlo sale parte de tu semen. Te agachas un poco y noto como tu lengua me está limpiando. Estoy agotada, pero eso me excita...tanto que casi sin darme cuenta me meo de gusto. Cuando termino pasas tu mano por mis muslos.
- Menos mal que tu despacho tiene un baño con ducha a un paso..., te digo. 
Y recogiendo mis sandalias, empiezo a andar hacia la puerta. 
- Me gustan estas sorpresas, me dices... 
Me vuelvo, te sonrío, te lanzo un beso y te contesto: 
- En realidad yo venía a que me invitases a comer...Voy abriendo el grifo, no tardes....

miércoles, 14 de abril de 2021

Entregada a él

Hacía muy poco tiempo que se habían conocido en un foro de temática sexual. Era un sitio curioso en donde la gente entraba a hablar de sus experiencias, de sus fantasías...pero sobre todo donde esperaban encontrar a alguien con quien dejar volar la imaginación y saciar sus más bajos instintos sin compromisos, sin ataduras...Sexo por sexo...placer por placer,,, 
Ella llevaba ya un tiempo registrada y había conocido a todo tipo de personajes. Había hecho ciertas amistades, había creado ciertos vínculos e incluso, había tenido un par de relaciones durante casi dos años de las que casualmente se estaba alejando en este momento. Estaba bastante tocada moralmente y muy decepcionada ...pero era una persona abierta y eso no le impedía seguir relacionándose. 
El sitio en cuestión tenía unas salas de chat organizadas por tema y a las que ella solía entrar cuando veía a alguien conocido... Pero había una que para ella estaba casi prohibida. La sala de bdsm...era un sitio en el que experiencias traumáticas durante su corto matrimonio le impedían entrar. 
Había conocido a supuestos Amos, incluso habia interactuado con alguno de ellos...Pero nunca se los había tomado muy en serio...más que nada le parecían una panda de mandones que en casa no podían casi ni respirar sin pedir permiso y que necesitaban sentir de vez en cuando que ostentaban el poder...Y esa era una manera de hacerlo... 
Pero ese día vió a alguien en la sala que acababa de terminar una relación y pensó que tampoco le iba a pasar nada por entrar a saludar....y entró.... Saludó, charló un rato y conoció a un par de tipos agradables con los que cambió un par de impresiones y la dirección del msn. 
En ese momento no pudo imaginar todo lo que viviría con uno de ellos. Hablaron, mucho, conectaron mucho, él le contó lo que buscaba y ella le confesó lo que quería...Parecía que si los dos ponían de su parte...podrían unir bastantes piezas del puzzle juntos... 
Pasaron muchas horas hablando, conectaron muchísimo a nivel sexual...se atraian, se excitaban mutuamente y habían logrado compenetrarse en ese aspecto como ella no recordaba haberlo hecho con nadie con esa intensidad. 
El sabía que el camino era largo...había que quitarle el miedo, ganarse su confianza y conseguir que se dejase llevar sin reparos...No había prisa y lo estaba consiguiendo poco a poco.... Hablaron de quedar a conocerse y quedaron un fin de semana para verse y tocar ciertos temas que creían que era mejor limarlos cara a cara... 
Un fin de semana sin sexo...sólo una toma de contacto...Y lo hicieron... El viernes por la tarde él llegaba en coche a la estación de autobuses de Zaragoza justo a tiempo para ayudarle a ella a sacar la bolsa de viaje del maletero. Se vieron, se miraron, se sonrieron...cogieron la bolsa, se apartaron del autobús y se besaron...en la boca...largo...cálido...y dulce... 
Ella estaba nerviosa y el beso le sirvió para tranquilizarle. Le miró a él de arriba abajo y sonriendo le dijo: 
- realmente impones... 
Y él devolviéndole la sonrisa, contestó: 
- realmente eres muy pequeña...pero me encantas... 
Subieron al coche y se dirigieron al hotel...aparcaron, se volvieron a besar y ella poco a poco se fue relajando... Cuando llegaron a la habitación estaba tranquila y propuso darse una ducha... 
- sin sexo, acuérdate...le dijo.. 
- sin sexo, pero puedo acariciarte...contesto él... 
Ella ya estaba abriendo el grifo y dejando correr el agua cuando el entró en el baño y cogiéndola desde atrás, le dió la vuelta para darle un largo y húmedo beso en la boca...metiéndole la lengua hasta dentro...paró un momento para quitarle la camiseta...y volvió a besarla...pero esta vez además acariciaba sus pechos por encima del sujetador...
Ella se había enganchado con los dedos pulgares a las trabillas del pantalón de él y busco la hebilla del cinturón para soltárselo...sin dejar de besarse...sin dejar de mirarse... 
El había puesto sus pezones duros y ahora estaba pellizcándolos suavemente mientras ella soltaba despacio los botones de la camisa...uno a uno...sin prisa... quitándosela la dejaba caer la suelo. 
Cuando sintió el pecho de él desnudo, y mientras él le quitaba el sujetador, ella lamía con la punta de la lengua sus pezones y recorría las aureolas mientras soltaba los botones de la bragueta del pantalón y tal y como había hecho con la camisa...lo dejaba en el suelo... 
Para entonces, la temperatura del ambiente había subido unos cuantos grados y la excitación de ambos iba acelerándoles la respiración y los movimientos... El sólo ya con el boxer, terminó de desnudarla, dejándole sólo las bragas puestas...y empezó a acariciarla con las yemas de los dedos desde la nuca hasta los tobillos pasando por cada poro de su piel...sintiendo como ella se estremecía...como se iba abandonando a esa sensación de placer sin oponer ninguna resistencia... Ella acariciaba por encima del boxer la polla cada vez más dura y el capullo cada vez más mojado empapando así el gayumbo y relamiéndose de gusto pensando en como iba a chuparlo... - Vamos a la habitación?, le preguntó él...y sin esperar la respuesta la cogió en brazos y la tumbó en la cama. Se coloco de rodillas encima de ella y recorrió cada cm de su cuerpo con sus labios primero y con la lengua después. Cuando llegó al pubis, separó un poco sus piernas y olió sus bragas...aspiró el intenso y dulce olor a sexo que tantas veces se había maginado...las mordisqueó y las lamió pasando repetidas veces la lengua por ellas. Ella arqueaba la espalda de placer con cada lamida y separaba las piernas un poco más ofreciéndose sin reservas. - Cómo me pones, zorra...dijo el mientras acariciaba su coño con lo dedos por encima de las bragas... Ella pronunció el nombre de él en un gemido...se sentía cómoda...se sentía bien...Le gustaba sentirse dominada por él...porque a la vez se sentía protegida...como si nada malo pudiera pasarle... 
- Estás bien?, le preguntó él. 
- Muy bien, dijo ella. 
- Voy a traer un par de cosas...no te pongas nerviosa... 
Ella le miró interrogante y fijamente...él acaricio su mejilla y se aparto de ella yendo hacia su maleta. Le siguió con la mirada incorporándose en la cama y vió como la abría y sacaba un antifaz negro y las esposas de las que tanto habían hablado. Su cuerpo se tensó en una décima de segundo...él se sentó frente a ella en la cama, le cogió las manos y dándole un beso le dijo: - Estate tranquila, sólo quiero que te familiarices con ellos, que los cojas, que los sientas...si? 
- Si, contesto ella. Cogió el antifaz y lo tocó como una niña toca un peluche...sintiéndolo suave... - Quieres probarlo?, le preguntó él. 
Ella le miró y asintió muy tímidamente con la cabeza... 
El le colocó con cuidado el antifaz y le besó en la boca. 
- Ahora voy a tumbarte y voy a acariciarte, vale? relájate... 
- Vale, contestó ella en un suspiro...
 A él le excitaba enormemente verla así...tenerla delante con los ojos tapados...que estuviera accediendo a lo que le proponía...pero sabía que tenía que ir con mucho cuidado, porque cualquier gesto podría crisparla. 
Se tumbó de costado junto a ella y empezó a acariciarle con la mano un hombro, a recorrer el pezón con los dedos, a juguetear con él...bajó por el canalillo hacia el ombligo rodeándolo un par de veces...y siguió el camino hacia las bragas asegurándose antes de que ella estaba bien y disfrutando... 
Cuando llego al pubis lo acarició primero suave y luego mas fuerte por encima de la tela y luego la separó muy despacio accediendo a los labios y al clítoris hinchado y caliente por la excitación...lo acarició y bajo hacia el coño sintiendo la humedad mojarle los dedos... Ella respiraba cada vez de forma más agitada y de vez en cuando gemía su nombre... 
- Ahora voy a ponerme encima tuyo para besarte y a lamer todo tu cuerpo...vale? 
- Si, jadeó ella... 
El se colocó encima de ella apoyó las manos a ambos lado de su cuerpo sobre la cama y coloco su polla aún dentro del boxer en contacto con el cuerpo de ella para que notase lo excitado que estaba...Y comenzó a besarle y a lamerle de nuevo todo el cuerpo deseando llegar y meterse en sus bragas... Llegó y las chupó intensamente, las recorrió con la lengua saboreándolas...estaba a mil...deseaba penetrarla...quería hacerla suya...la sentía suya y quería demostrárselo... 
Le quito las bragas, separó sus piernas y empezó a comerle el coño con intensidad.... Eso la puso a mil, era algo que le volvía loca y a lo que no se podía resistir, y él lo sabía asi que se dedicó a fondo separando bien los labios y recorriendo con su lengua cada recobeco de aquel coño que se le entregaba sin reparos... 
- Que zorra eres y como me gustas... 
- Sólo para tí M. 
- Eres mi puta I. 
Ella intentaba juntar las piernas, señal inequívoca de que estaba a punto de llegar al orgasmo...  
- Quieres correrte, zorra? 
- Sí. M., no aguanto más, quiero correrme en tu boca...quiero darte mi orgasmo... 
- Vamos zorrita, dame lo que es mío... 
Ella oyó como se quitaba el boxer y comenzaba a masturbarse mientras le llevaba a ella al éxtasis...haciéndola explotar de placer sin dejar de beber el flujo de su orgasmo... 
Cuando ella se hubo corrido subió a besarle en la boca. Y luego, recorrió sus labios con su polla...Ella saco la lengua para lamerla y el se la restregó una y otra vez...dándosela a oler, a lamer, dejando que le mordisquease el capullo... 
-Quiero comérmela, dijo ella... 
-Quieres polla, perra? 
- Si... 
Ella oyó un sonido de metal y todo su cuerpo se tensó de golpe... 
-Tranquila...cógelas...tócalas... 
La besó mientras ella tenía las esposas en la mano...y cogiéndola muy despacio de las muñecas le susurro al oído... 
- Ahora voy a ponértelas y te voy a atar al cabezal de la cama...luego voy a besarte y a acariciarte hasta que me pidas que te folle...vale? Estate tranquila...relájate...separa las piernas... 
Ella sentía una mezcla de tensión y excitación. Le vinieron a visitar ciertos fantasmas del pasado, pero por otra parte, confiaba en él al 100%..así que obediente respiró hondo, separó las piernas y se dejó llevar... 
El sentía como se iba relajando poco a poco a medida que él la besaba y acariciaba y la excitación de ambos iba en aumento... Le acarició los muslos y las ingles poniendo el pulgar en el clítoris hundió primero uno y luego dos dedos en su coño y los movió dentro mientras con la otra mano restregaba el capullo por su muslo... 
Le notaba cada vez más excitada y a él verla atada y a su merced le ponía a mil. Se cogió la polla fuertemente y la movió muy deprisa, casi al mismo tiempo que oyó como ella le pedía apenas susurrando: 
- Fóllame M. 
- No te oigo, zorra, qué has dicho?
- Que me folles, pidió ella esta vez más alto... 
No necesitó repetirlo, le separó más las piernas, colocándose encima de ella la penetró sin contemplaciones de una embestida ...y ya dentro de ella se movió una y otra vez sin parar sintiendo como ella tensaba el cuerpo, pero esta vez de excitación...
Le agarró por la barbilla y mientras su polla llenaba su coño de semen, su lengua se movia muy rápido dentro de su boca a la vez que sentía como ella se deshacía de placer regalándole su segundo orgasmo... Permaneció dentro de ella unos minutos...después salió y acercó la polla a la boca para que se la limpiara mientras la desataba y le quitaba el antifaz...
Le miró a los ojos y cuando ella le regaló una sonrisa...simplemente la beso....

martes, 6 de abril de 2021

Jugando con la nata

Ella estaba trabajando en el ordenador. El le había llamado para decirle que ya había terminado de trabajar y que subía a buscarle para salir a dar una vuelta. Iba muy atrasada con la traducción que tenia que entregar y se estaba preparando mientras hacia las últimas correcciones a la página que acababa de terminar. 
Cuando él llegó no estaba vestida del todo. Llevaba puesta la ropa interior, bragas y sujetador de algodón a juego blancos con rayas muy finas negras y calcetines que le llegaban hasta justo debajo de la rodilla, también de rayas pero mas anchas. Estaba descalza y se había puesto una blusa blanca y entallada por la cintura, que le marcaba las caderas y que a la altura del pecho el botón le ataba lo justo dejando ver un sugerente canalillo. 
Tenía el pelo recién lavado y recogido en un moño para que no le molestase sujeto con un lapicero, el rimmel dado en las pestañas y los labios pintados de un rosa fucsia que sabia que a él le iba a volver loco. 
El oculista le había recomendado que llevase gafas por lo menos cuando fuese a pasar muchas horas seguidas en el ordenador y al final había claudicado y había encargado unas que ahora le resultaba incluso interesante el aspecto que le daban. 
Iba a ponerse los pantalones vaqueros cuando sonó el timbre de la puerta de abajo. Era él. 
- Sube, le dijo, no estoy preparada del todo aun... 
- Siempre... se empezó a oír desde el otro lado, y ella riéndose colgó el interfono para no seguir escuchando sus protestas. 
Esperó a que estuviese ya en el rellano de la escalera para abrirle la puerta, venía dispuesto a quejarse por tocarle siempre esperar a que terminase de hacer algo, pero cuando la vió apoyada en el marco de la puerta, sólo pudo decirle: 
- Uf, pareces una maestra pervertida 
A ella aquel comentario le hizo muchísima gracia y soltó una pícara carcajada, le agarró de la corbata y le metió para dentro. Los dos sabían que ya no darían esa vuelta. 
Entraron en el salón y ella encendió las velas que siempre tenía estratégicamente colocadas por las habitaciones, apagó las luces y prendió las barritas de incienso que salían de los dos budas que tenia a ambos lados del sofá. 
Sólo faltaba la música. Esa misma mañana habia comprado un cd de txalaparta que aun no habían escuchado y ese le pareció un buen momento para hacerlo.
Mientras ella iba de aquí para allá por la habitación, él se había quitado la americana y la corbata y se había sentado en el medio del sofá apoyando la espalda contra el respaldo y observándola pensó que estaba cansado pero que seguro, merecía la pena. 
Ella sabía que tenía un compañero de baja y que le estaba tocando hacer sus clientes también, así que se puso frente a él, sentada en sus piernas y empezó a soltarle los botones de la camisa. El iba a hacer lo propio con los de ella, pero le detuvo, le besó en la boca y le dijo: 
- Tú, relájate y disfruta... Por la forma en que estaba sentada encima de él en seguida se dió cuenta de que la idea le había gustado porque notó en su entrepierna como la polla se empezaba a poner dura. Esto hizo que ella empezase a moverse con suaves balanceos restregándola por sus bragas a la vez que le daba suaves mordiscos en las orejas, le chupaba con delicadeza el cuello y unía sus labios a los de él metiéndole la lengua hasta dentro. 
Cuando terminó de desabrocharle la camisa, dejó su pecho al descubierto sin quitársela del todo. Le pasó las manos repetidamente en suaves caricias y jugueteó con sus pezones, pasándoles la punta de la lengua. El le había puesto las manos en las caderas y la movía hacia delante y hacia atrás como si se tratase de una mecedora, lo que hacía que la polla estuviese cada vez más dura y las bragas de ella cada vez más empapadas. 
Ella empezó a soltarle la hebilla del cinturón inclinándose un poco y doblando la cintura dejando el escote al descubierto. El panorama fué demasiado como para que él estuviese quieto. El sujetador le juntaba sus grandes pechos dándoles una exquisita forma redonda y la visión del canalillo hizo que no pudiese aguantar el deseo de recorrerlo con la lengua. 
La boca se le hizo agua sólo de pensarlo. Le quitó las gafas, le soltó el pelo y la arrimó hacia el mientras lo recorría una y otra vez. Ella sintió un placentero cosquilleo y echó la cabeza hacia atrás para que él tuviese mas fácil acceso. De repente se le ocurrió una cosa. 
- Espera, le dijo, ahora vuelvo. No te muevas de ahí, y señalándole la bragueta, .... y mantén eso a punto. 
El empezó a pasarse la palma de la mano por encima del pantalón y mientras terminaba de quitarse el cinturón, le contestó: 
- Tranquila, no pienso moverme, pero no tardes. 
Oyó como abría la puerta de la nevera y al momento supo lo que tramaba y cuando la vió aparecer con el bote de nata montada un excitante escalofrío le recorrió todo el cuerpo. Ella le miro divertida, volvió a coger postura encima de él , quitó la tapa y metiéndose la cánula entre las tetas dejó soltar un enorme chorro que hizo que aquello pareciese una catarata de espuma entre dos montañas. 
El panorama era mas que excitante y sin pensárselo dos veces el empezó a lamer la nata y a extenderla con la lengua por el escote mientras le soltaba la camisa. El sujetador se ataba por delante así que sólo tuvo que dar un suave tirón para soltarlo y dejar los pechos al descubierto. 
Los agarró con las dos manos y los besó y los lamió hasta que no quedó nada de nata en ellos. Repitió la operación, pero ahora la nata corría bajando hacia abajo y el obediente la siguió con la lengua, entreteniéndose a juguetear en el ombligo para volver otra vez hacia arriba a terminar de dejar los pechos limpios. 
Ella se reía divertida y excitada y cuando tuvo la boca de él cerca le atrajo la cabeza hacia sí y le dió un sensual, jugoso y largo beso, jugueteando con las lenguas dentro de la boca. Estuvieron así abrazados unos minutos, pecho contra pecho y rozándose suavemente el pubis y el pene. 
El le separó con un dedo las bragas y le metió la otra mano para acariciarle el coño y ella notando que su polla ya no cabía dentro de los pantalones metió la mano por los gayumbos para sacarla. 
Cogió el bote de nata y antes de que el se diese cuenta la embadurno entera, desde el capullo hasta los huevos y adivinado lo que iba a pasar ahora, él se acomodo en el sofá cogiendo posición para que ella pudiese comérsela estando cómoda. Ella se arrodilló delante de él, entre sus piernas, se quitó la camisa y agarrando la polla con una mano y los huevos con la otra se la metió en la boca a la vez que la meneaba con movimientos bien acompasados cogiendo un ritmo que a él le hizo estremecerse y gemir de puro placer. 
De vez en cuando ella levantaba la vista para mirarle a los ojos. Le gustaba ver como se reflejaba el deseo y la excitación en ellos. El le estaba acariciando el pelo a la vez que le movía la cabeza con suavidad acompañando el ritmo que ella iba imponiendo. Estuvieron así un buen rato, alternando la mamada dentro de la boca con chupadas con la lengua que la recorrían entera de arriba a abajo incluyendo lametones y succiones en los huevos. Estaba enormemente excitada, se notaba muy mojada y cogió la mano de él para llevársela hasta las bragas moviéndosela en una insinuación de que había llegado el momento de que se lo trabajase. 
Entendiendo la indirecta el se levantó, terminó de desnudarse y le quitó las bragas a ella. Le acarició el coño mientras los dos estaban de pie pasándole el dedo por el clítoris y metiéndoselo por la vagina una y otra vez mientras que con la otra mano le sobaba los pechos primero y el culo después. Le estaba poniendo a cien de tal manera que a ella le costaba mantenerse de pie, necesita apoyarse en algún sitio porque las piernas le temblaban de placer. 
Cogió la nata otra vez y se vació el bote entre las piernas, él la miraba excitado y divertido, ella le empujó a sentarse de nuevo en el sofá y se colocó como antes pero esta vez en lugar de estar sentada, se puso de pie de forma que la boca de él quedaba justo a la altura del montón de nata. Apoyo las dos manos en el respaldo del sofá y le dijo: 
- Ahora, cómemelo. No se hizo de rogar y empezó a lamerle el coño pasándole la lengua por todo el clítoris una y otra vez y a medida que la nata iba desapareciendo, se abría camino hacia la vagina, metiendo primero la punta y luego la lengua entera y moviéndola dentro como si de una polla se tratase. Los gemidos de ella no hacían si no excitarle mas y empezó a juguetearle en el culo, metiéndole primero un poco el dedo y poco a poco más haciendo que se moviese ayudando así a darle más placer. De vez en cuando él dejaba el culo de ella para masturbarse y así no perder ni un ápice de excitación. Estaban llegando los dos al punto cumbre y él sabiendo lo mucho que le gustaba a ella que se corriesen juntos, le preguntó suavemente mientras le acariciaba las nalgas: - vamos? - vamos, le dijo ella sonriéndole El le agarró de las caderas y le puso suavemente de rodillas y antes de que ella se diese cuenta tenía su poya dentro, gimiendo de placer los dos empezaron a moverse a la vez como si siempre hubiesen estado unidos por esas partes de su cuerpo. 
A la vez se besaban frenéticamente uniendo sus lenguas dentro de su boca. Tenían las manos entrelazadas como si les diese miedo que algo les separase. En el cd sonaba un solo de txalaparta que parecía adivinar lo que estaba pasando y la música se unía perfectamente al movimiento de los cuerpos. Generalmente ella empezaba a correrse unos segundos antes y hoy no iba a ser una excepción, esto hacía que a él al sentir como se estremecía ella no pudiese aguantar más y juntos alcanzasen el orgasmo. Cuando terminaron se quedaron en esa postura un buen rato, cansados y satisfechos y dándose pequeños besos en la boca, en el cuello y en los hombros, mientras se relajaban todos los músculos de su cuerpo. 
Terminó la música, se apagaron las velas y el incienso ya no ardía. Se tumbaron en el sofá, se taparon con una manta y unidos en cuerpo y alma se quedaron profundamente dormidos...

sábado, 27 de marzo de 2021

Sexo en el probador

Estaban pasando el fin de semana juntos. Llevaban preparando este encuentro desde hacia varios meses. Se habían conocido en un foro de internet y enseguida habían conectado. Hablaban a menudo y poco a poco casi sin darse cuenta fue surgiendo algo más entre ellos. 
Ahora por fin habían podido quedar para verse por primera vez en vivo, poder hablar cara a cara y llevar a cabo algunas del montón de cosas que habían ido planeando día tras día. El le había contado en alguna ocasión que le encantaría poder tener sexo en un probador de un centro comercial así que ella estaba dispuesta a que pudiese cumplir esa fantasía. Y con la excusa de comprar unas tabletas de chocolate y unos botellines de agua para tener en la habitación le dijo de ir a uno. 
Dejaron el coche en el aparcamiento y antes de salir ella le acaricio en la cara volviéndola hacia la suya mientras acercaba su boca. Le dió un beso cálido a la vez que pasaba suavemente la palma de la mano por encima de los pantalones preparando el terreno. El dio un pequeño respingo de placer al notarlo y se dejo hacer... 
Cuando salieron se dirigieron al ascensor para subir a la planta del supermercado. EL sabía que a ella los ascensores le daban mucho morbo y como iban solos, le apoyó contra la pared mientras le volvía a besar y le lamía el cuello a la vez que le acariciaba los pechos por encima de la camiseta notando como los pezones se ponían duros. Ella le acercaba mas hacia si empujándole del culo y notaba como su polla se ponía dura dentro del pantalón. 
Llegaron a la planta y el ascensor se abrió. Se besaron justo rozándose en los labios y ella le guiñó un ojo. El sonrió con complicidad. No se imaginaba el final pero presentía que ella estaba juguetona. Entraron y él le cogió de la mano. Ella no conocía el sitio e irían más rápido si él le guiaba. Fueron al pasillo de los chocolates y eligieron un par de tabletas y una caja de trufas. Se dirigieron hacia las bebidas y mientras él miraba las botellas de cava ella se metió en medio de él y la estantería rodeándose con sus brazos y restregando su culo con disimulo contra él. 
El le susurró algo al oído , le lamía la oreja y le besaba al cuello mientras con sus brazos acariciaba sus tetas cada vez más excitadas. Ella se giró despacio y cogiéndole suavemente del cuello lo atrajo hacia si y juntó sus bocas en un jugoso beso sin importarles la gente que iba y venía por los pasillos de al lado. Estuvieron así sin más movimientos que el de sus lenguas lamiéndose dentro de sus bocas y el de los latidos de sus corazones acelerándose cada vez mas. Se notaban excitados, calientes...y no era el mejor sitio asi que terminaron las compras y se dirigieron hacia la caja. 
Salieron al pasillo del centro y empezaron a andar. Ella vió una tienda enorme de ropa interior y enseguida se dió cuenta que era el sitio perfecto. Le cogió de la mano y le llevó hasta dentro. El se dejó guiar sin terminar de entender como lo iban a hacer pero sabiendo ya lo que iba a suceder. 
Pasearon por los pasillos mirando el genero, llegaron a unas estanterías llenas de perchas con corpiños y corsés de todo tipo. Ella cogió un par y se fué hacia los probadores dejándole a él cerca pero fuera. Al poco rato asomó la cabeza por la cortina del probador y alargando un brazo hacia él le dijo que le trajese ese mismo modelo pero una talla mas pequeña. Por la sonrisa que había en su boca él supo que el plan ya estaba trazado así que dejo la bolsa con la compra en el suelo e hizo lo que ella le pidió. Cogió el corpiño y volvió hacia el probador. Ella le estaba observando por entre la cortina y al ver que se acercaba sacó su brazo desnudo para coger la prenda. Le sonrió y le dijo: 
-No te vayas... 
El la miró, sonrió también y se quedó esperando fuera. Al poco rato oyó como ella le decía desde dentro: 
-Ayúdame a abrocharme.. 
Entró y ella estaba sentada en un banco pequeño que estaba adosado a la pared. El corpiño le sentaba genial. Destacaba sus grandes pechos dándoles una atractiva forma redonda y juntándolos pero dejando el espacio justo para poder jugar entre ellos. Se arrodilló un poco para besarla y pasar la yemas de sus dedos por encima de ellas. Las acaricio suavemente y poco a poco fue metiéndose más y más dentro del escote hasta llegar a uno de sus pezones y pellizcándolo para ponerlo duro mientras sacaba el pecho por encima y acercaba la boca para lamerlo. 
Pasó la lengua por él rodeando la areola y mordisqueo el pezón estirándolo hacia fuera a la vez que sacaba el otro pecho. Ya los dos fuera, los cogió con ambas manos y los masajeó suavemente besando primero uno y luego el otro, lamiéndolos alternativamente y succionando los pezones. Ella comenzó a soltarle el pantalón y a la vez acariciaba su polla por encima poniéndola si cabe más dura de lo que ya estaba. Le cogía la cara de vez cuando separándosela de sus tetas para mordisquearle y lamerle los labios y juntar sus lenguas en las bocas en besos cada vez más lascivos. La excitación de ambos iba en aumento con cada beso, cada caricia, cada lamida... 
Ella seguía acariciando la polla ahora por entre el pantalón pero sin sacarla aún del gayumbo. Estaba muy muy dura y las primeras gotas mojaban el boxer. Agachó la cabeza para pasar la lengua por ellos y sentir el capullo caliente y húmedo. Ese gesto hizo que el se estremeciese y poniéndose de pie la sacó del todo, le cogió a ella suavemente del pelo invitándole a arrodillarse y cogiéndosela con una mano la llevó hacia su boca. Ella la entreabrió un poco para que el capullo rozase los labios y sacó la lengua para lamerlo mientras terminada de bajar de una vez los pantalones y el gayumbo de él. Le cogió por el culo y empujando hacia ella se metió toda la polla de golpe en la boca. 
No dejaba de mirarle a los ojos mientras lo hacía y según hacía los movimientos de cabeza sus pechos se movían rítmicamente en un vaivén muy sensual. El los cogía por los pezones y los acariciaba mientras se abandonaba al placer de la jugosa mamada que ella le estaba regalando. 
Mientras ella separó las piernas y separando las bragas hacia un lado se empezó a acariciar el clítoris siguiendo el resto de movimientos que hacía. Metía primero un dedo en su coño y lo movía dentro a la vez que con el pulgar seguía acariciándolo. Luego metía otro dedo y los movía hacia dentro y hacia fuera follándose con ellos. Cada vez estaban más calientes y él sabiendo lo que a ella más le gustaba sacó la polla de su boca y agarrándola suavemente por la cintura le puso de pie en el banco. Le quitó las bragas mientras le acariciaba los muslos y separando con dos dedos los labios acercó su boca para lamerle el clítoris con rápidos movimientos de la lengua sin dejar de masturbarse él. Ahora era ella la que apoyada en la pared acariciaba y masajeaba fuertemente sus pechos abandonándose por completo al placer que estaba sintiendo. Se mordía el labio inferior de la boca y sacaba la punta de la lengua en un gesto que él conocía muy bien de vérselo por la cam cuando hacían ciber y reconoció que ella estaba a punto de alcanzar el orgasmo. 
Quería que se corriesen juntos y quería hacerlo dentro de ella. Así que paró un segundo y le ayudó a bajarse, le dió la vuelta, le dobló hacia adelante por la cintura y con la polla totalmente apunto de explotar le acarició desde el culo hasta el clítoris varias veces humedeciéndola en todo el jugo que salia de ella y cuando estuvo lubricada la metió de golpe en la vagina. Ella dió un respingo pero enseguida se acopló a las embestidas de él, fuertes, acompasadas, intensas ...
El la sujetaba de las tetas para que no se fuese hacia adelante y las acariciaba cada vez más y más rápido. Estaban llegando al éxtasis y él le susurro algo al oído. Ella giró un poco la cabeza a la vez que asentía y se estimulaba el clítoris sin dejar de moverse con él. 
-Vamos, le dijo 
Y como si en ese momento fuesen los dos uno solo aumentaron el ritmo y sin apenas emitir sonidos se abandonaron juntos al climax. 
El dió una embestida más fuerte que las demás y mientras el coño de ella palpitaba con el orgasmo el semen de él la llenaba por dentro... 
stuvieron un rato sin separarse, recuperando la respiración y luego el salió poco a poco de ella. La giró y se fundieron en un largo beso sin más acompañamiento que un abrazo. Cuando terminaron y él empezaba a vestirse ella le sonrió y le dijo: 
-El corpiño mejor nos lo llevamos no? 
El simplemente soltó una carcajada.....

miércoles, 17 de marzo de 2021

Sexo en la oficina

Hacia solo un par de meses que trabajaba para ella. Era el único chico que se había presentado al puesto y desde que le vio le pareció tremendamente atractivo. Aunque lo que le hizo decidirse por él era que apenas tenia que desplazarse para venir a la oficina. El resto vivían en la provincia y eso a veces daba problemas. Por lo demás todos estaban perfectamente preparados. 
El también sentía muchísima atracción hacia ella. Era unos 5 ó 6 años mayor que él y era una mujer muy atractiva. No era guapa, pero el conjunto era muy satisfactorio. Hoy llevaba una falda tubo negra con dos aberturas laterales, medias de costura trasera, una camisa blanca de seda y una americana negra con rayas blancas muy finas. Lo que mas le gustaban eran los zapatos de charol negros con tacón de aguja. 
Estaba guapísima. No se maquillaba casi, pero siempre llevaba el rimmel y los labios pintados. Tenia una sensual boca que él estaba deseando besar. Parecía que no estaba de muy buen humor, pero le encantaba coquetear con ella mientras trabajaban. 
Le estaba encargando escanear unos dibujos que tenían que colocar luego en una pagina web. Ella sabia que él estaba mas atento a su escote que a lo que le decáa, así que como era casi la hora del café de media mañana, optó por echarle una pequeña bronca y desaparecer del despacho. 
El estaba casado y en la oficina ya corría algún rumor sobre ellos, cosa que a ella no le importaba demasiado, pero tampoco quería que al no haber pasado nada fuesen en aumento. 
El la vio por la cristalera dirigirse al baño y en ese momento solo podía pensar en una cosa. esos labios, ese canalillo y ese culo que veía ahora moverse apretado en la falda. Sin pensarlo demasiado salió detrás de ella. 
Estaba mirándose al espejo retocándose los labios y pensando en que estaba enfadada con ella misma por como dejaba que él le pusiera. Se notaba la tensión sexual entre ellos y ella era incapaz de pararlo. Se volvió al sentir que se abría la puerta del lavabo y le vio entrar con su móvil en la mano. 
- Tienes una llamada que creo que es importante, le dijo él entrando y cerrando la puerta. 
Ella cogió el móvil que le daba y al mirar la pantalla vio que no había ninguna llamada. 
No le dio tiempo a preguntar que es lo que hacia. El ya estaba delante suyo cortándole el paso y dejándola bloqueada entre él y el lavabo. Colocó una mano en su nuca y acercó su cabeza a la de él mientras le acariciaba los pechos por encima de la blusa, metiéndole la lengua, impidiendo así que ella protestase. 
Aunque realmente en ese momento ella solo podía pensar en lo que sentía en su muslo debajo de su pantalón. El deslizó sus manos hacia el culo de ella y empujó hacia sí para que ella notase como crecía su polla. 
Le cogió una mano y se la puso en su paquete. Eso terminó de desarmarla, ya no intentaba zafarse y respondía apasionadamente a los besos de él. 
Mientras soltaba el cinturón, el botón, la cremallera y metía la mano por el pantalón para acariciar la polla por encima de los gayumbos dándole pequeños pellizcos en el capullo para empezar a mojarla. Solo podía pensar en tenerla en su boca, grande, caliente, dura, excitada, llenándola entera. 
Mientras las manos de él no paraban de acariciar sus pechos sintiendo como se endurecían los pezones. -Métela en la boca, le susurro... 
Ella se subió un poco la falda para poder agacharse y se arrodillo poco a poco mientras se la sacaba del calzoncillo mirándole con lujuria y viendo su excitación en sus ojos. 
El mientras tanto le desabrochaba los botones de la blusa dejando sus enormes tetas al descubierto. Los pezones estaban erectos, duros... deliciosos. se los pellizcó mientras observaba como recorría su polla con la punta de la lengua rodeando el capullo con ella y lamiendo despacio la raja de la cual estaba saliendo ya liquido. 
La exprimió y se paso el capullo por los labios sin dejar de mirarlo. El estaba muy caliente y apoyando las manos en la cabeza de ella empujó un poco hacia él metiendo la polla en su boca, sintiendo como entra y sale, como se moja entera como ella haciendo movimientos con la mano la mueve dentro de la boca, sintiéndola dentro. 
Sacándola de vez en cuando para lamerle los huevos. Paró un poco para succionarlos mientras su otra mano iba hacia la parte de atrás y separando sus nalgas metía despacio un dedo en su culo moviéndolo en círculos aumentando enormemente así la excitación de ambos. 
Sus bragas estaban cada vez mas mojadas. El las había apartado dejando al descubierto el clítoris húmedo y caliente y ella comprendió por el gesto que le hacía que ahora le tocaba a él comer....
Lo acaricio despacio primero los labios y las ingles, el clítoris, la vagina... ella solo abría las piernas cada vez más para dejarse hacer, así que que empezó a recorrer todo con su lengua notando como estaba cada vez mas cachonda y más mojada. 
La cogió para subirla al lavabo y metió toda la lengua en su coño lo que hizo gemir a ella agarrándole del pelo para que no pudiese apartar la cabeza de entre sus piernas. Estuvieron así mucho rato y cuando él notó que ella estaba a punto le dio la vuelta y empezó a chuparle el culo, dilatándolo, bajando hacia el clítoris de vez en cuando y vuelta y acariciándole cada vez mas fuerte las tetas. 
Ella sintió como el cogía su polla y mojándola en la humedad de su coño para lubricarla la metió hasta el fondo de una embestida que le hizo gritar de placer. Ella iba a decir algo pero le giró la cara y metió su lengua en su boca mientras aumentaban las embestidas. Ella cogió la mano de él y se la llevó al coño para masturbarse. Estaban a punto de correrse y ella quería verlo. Le excitaba muchísimo ver salir la leche, así que se sacó la polla de dentro con cuidado, y se sentó en la taza del vater mientras juntaba sus pechos colocándola en medio. 
Agarró una a una las manos de él para que las sujetase haciéndole una impresionante cubana mientras ella se metía dos dedos en su caliente coño y lamia el capullo cuando en la embestida llegaba a su boca. - Dame semen, le dijo, mientras aumentaban ambos el ritmo de los movimientos. 
Y justo cuando ella alcanzaba el orgasmo, el de él le inundaba la cara...

lunes, 15 de marzo de 2021

Si el equipo gana

A ella le encantaba el fútbol. Su padre le había hecho socia de su equipo cuando tenía cuatro años y con el tiempo había pasado a ser un elemento importante en su vida. De hecho, el fútbol le gustaba, pero por su equipo sentía un amor especial. 
A él sin embargo el fútbol no le importaba mucho, casi nada, pero sabiendo lo importante que era para ella, intentaba de vez en cuando compartir esos momentos. Siempre decía que ojalá ganase el equipo porque entonces estaba tan feliz que le podías pedir casi cualquier cosa. 
Pero últimamente eso no pasaba muy a menudo, al contrario, le tocó estar con ella cuando bajaron a segunda división, y cuando al año siguiente estando con todo a favor para subir, perdieron una oportunidad de oro en Vitoria. 
Por suerte hoy era uno de esos días que había merecido la pena acompañarle. Jugaban fuera de casa y habían aprovechado para escaparse el fin de semana. Habían ganado y ella estaba pletórica porque tenían el ascenso a tiro de piedra. Sólo quedaba rematar la buena temporada que estaban haciendo. 
Se habían quedado a cenar y a tomar unas copas y ahora estaban en el coche de camino a casa. El conocía perfectamente el camino porque lo hacía muchos fines de semana para ir a esquiar, así que iba conduciendo muy tranquilo. Además le gustaba mucho conducir de noche y ya eran las cuatro y media de la madrugada por lo que no había trafico. 
La conversación era un poco subida de tono, porque la noche anterior entre mojito y mojito ella se había apostado que si el domingo ganaban, cuando llegasen a casa habría sexo del bueno. Eso quería decir que estaba dispuesta a hacerle correrse con una estupenda mamada. Y él se lo estaba recordando. Se reía divertida porque aunque no la recordaba al cien por cien, le daba la impresión de que el estaba añadiendo detalles que ella ni había insinuado. 
Quiso marcarse un farol y pensando que él no lo iba a recoger le propuso no esperar a llegar a casa y hacérsela allí mismo, en aquel mismo momento. Apartó un momento la vista de la carretera para mirarla y le pregunto: 
- estás loca? 
- si, por comértela, le contestó ella... 
- ahora? 
No contesto, le miró, le guiñó un ojo y empezó a tocarle por encima del pantalón. El comprendió que hablaba en serio así que se acomodó en el asiento para dejarle hacer. En el cd se había terminado el ultimo disco de U2, así que puso una recopilación de Queen, el grupo preferido de ella, lo que hizo que le agarrase la cara para volverla un segundo y apenas le rozó los labios con los suyos y le pasó la lengua con un gesto que a él le resultó tremendamente sensual.
El aumento de tamaño de su polla, así se lo reconoció. Llevaba unos levi´s de bragueta de botones. 
A ella le gustaba soltarlos de uno en uno muy despacio sin dejar de sobarle como si de un ritual se tratase para que a medida que la excitación de él iba en aumento tener el camino despejado para liberarla. Cuando soltó el ultimo, metió la mano por el elástico del boxer y entonces fue cuando realmente se dió cuenta de lo dura y caliente que estaba. 
Jugueteó con ella unos minutos meneándola con casi perfectos movimientos humedeciéndose los labios con la lengua y mirando por el rabillo del ojo que él estaba impaciente de placer, besó el enorme capullo como anunciando que había llegado el momento. 
El tenia la mano derecha en la palanca de cambios, metió quinta y la retiró para dejarle a ella el camino libre. 
Se ensalivó las dos manos y mientras con la izquierda se metía la polla en la boca, con la otra le daba un suave y excitante masaje en los huevos. Fue cogiendo ritmo en el movimiento hacia arriba y hacia abajo a la vez que giraba ligeramente la muñeca y dentro de la boca movía la lengua lamiéndosela toda. 
La sacaba un poco y se la chupaba entera, le besaba el capullo, lo mordisqueaba con delicadeza y con un sensual movimiento de los labios le succionaba los testículos y vuelta a empezar. 
El intentaba mantenerse atento a la carretera pero le era casi imposible. 
Miraba hacia abajo y veía como se movía su cabeza y sentía la destreza con que se la estaba comiendo en cada poro de su piel. Le pasó suavemente la mano por el pelo y ella hizo un movimiento con el culo como pidiéndole que se lo acariciase. Comprendió el gesto y se lo empezó a sobar despacio . A pesar de que ella llevaba unos pantalones ajustados, no tuvo mucho problema para poder meter la mano por la cintura para tocárselo. 
Eso aumento la excitación de ella e hizo que por un momento acelerase el ritmo de la mamada, lo que hizo que él se estremeciese en el asiento, para de repente parar para soltarse el botón y bajarse la cremallera. El, adivinando lo que pretendía se cogió la polla para no perder nada de la excitación, mientras ella se quitaba los pantalones y volvía a coger postura rápidamente , pero ahora ofreciéndole a el un panorama que le hizo dar un suspiro mientras metía suavemente el dedo por las bragas y le tocaba la vagina húmeda, empapada de placer. 
Uso esta humedad para lubricar el culo y el clítoris y mientras ella recuperaba para él con su boca el clímax él se esmeraba con su dedo en darle a ella el suyo. Acariciándole el coño al mismo ritmo que ella le comía la polla. 
Estuvieron así dándose placer el uno al otro durante unos minutos. Ella gemía y balanceaba su cuerpo en señal inequívoca de que el momento cumbre llegaba. 
El atendiendo esas señales aceleró el movimiento de los dedos en la vagina y el clítoris dando así el punto que necesitaba para que una magnifica paja terminara en un estupendo orgasmo. 
Y mientras ella se corría, el resultado de su bien trabajada mamada inundaba su boca...

sábado, 13 de marzo de 2021

Sobran las palabras

Hace un par de meses ella estaba buscando unas medias de rejilla para comprar y entró en una tienda on line especializada en fetichismo. 
Estuvo mirando el catálogo y vió que había un foro. Le picó la curiosidad y se registró. 
Nada más entrar alguien le habló y le preguntó que buscaba por allí. Le contó lo que quería y él le dijo si le dejaba elegírselas. 
A ella le hizo mucha gracia el gesto y le dijo que si. El le fué guiando por la página, se veía que la conocía bien, mientras hablaban de gustos, aficiones , etc...
Poco a poco se fueron dando cuenta que conectaban y cuando se iban a despedir el le preguntó si le gustaría mantener el contacto. 
Ella, sin decirle nada más, le dió su dirección del msn. Se despidieron ambos sonriendo. Desde entonces hablan prácticamente a diario y se fueron dando cuenta de que en cuestión de sexo estaban casi hechos el uno para el otro. 
Se descubrieron nuevas sensaciones, nuevos gustos. Planeaban juntos mil encuentros, sitios, situaciones, practicaban cibersexo, teléfono, etc.. 
 u imaginación siempre les llevaba a algo nuevo que querían compartir. Y en verano, decidieron que había llegado el momento de conocerse. Ella se acercaría a la ciudad donde el vivía y pasaría unos días. En este momento ahí estaban. Era un calurosísimo día de julio y lo estaban pasando en la piscina. Habían ido muy temprano y estaban en dos tumbonas juntas la una a la otra puestos de costado acariciándose el uno al otro, dándose suaves besos, contándose mil cosas, insinuándose otras mil... Todo de una manera ardiente pero a la vez inocente. 
Nadie al verlos pensaría que estaban teniendo esa conversación. 
Habían almorzado en el bar, se habían bañado y se disponían a ir a comer a un restaurante en el que él ya había encargado la mesa. 
Recogieron las cosas y se fué cada uno al vestuario para ducharse y cambiarse de ropa. Quedaron fuera. Cuando la vió salir, se le escapó una sonrisa. Era sencilla, pequeña, pero deliciosa. Llevaba unas mallas hasta la rodilla negras con un pequeño dibujo blanco y un top liso a juego. 
Por supuesto la mirada se le fue a los pies, pequeños, cuidados. Sandalias negras con apenas dos tiras de charol y un tacón de unos cinco centímetros fino. 
El tobillo izquierdo estaba adornado con una cadena de plata con tres piedras de azabache en forma de soles. 
Le abrió la puerta del taxi y cuando ella se acercó para subirse le agarró de un brazo, le atrajo hacia él y simplemente le dió un beso en la boca. Ella le miró sin decirle nada, sólo le sonrió. No les hacia falta más... 
Ya dentro del taxi ella apoyó su cabeza en el hombro de él recorriendo su pecho tamborileando los dedos. En ese momento él recordó que le había contado que una de sus fantasía era masturbarse en un taxi en un recorrido largo. Que en su ciudad por ser pequeña no se podía. 
Y quitándose las gafas de sol, le miró divertídamente asustado. 
Ella no pudo contenerse y soltó una carcajada. Simplemente le acarició cariñosamente el pelo... Tardaron unos 20 minutos en llegar al restaurante. 
Una ensalada, una tabla de ibéricos, una de patés y una de quesos es lo que el había encargado para comer. Acompañado con cava. El postre lo dejo a la elección de ella. Baileys con hielo y trufas heladas. Dejó que se fumara un cigarro mientras traían la cuenta. 
A él le costaba trabajo apartar la mirada de su pies, como jugueteaba con la sandalia, como se le caía al suelo y lo dejaba desnudo, como la recogía... 
Estaba deseando besarla, tocarla, acariciarla, fundirse con ella. Mientras él pagaba la cuenta ella se acercó a recoger una tarrina de kilo de helado de crema rusa que habían encargado para llevar. 
No estaban muy lejos del metro, así que fueron andando hacia la estación. Ya en casa ella fue al baño y él a meter el helado en el congelador. 
-Puedes venir un momento? oyó desde la cocina. -Si, voy. Le contestó. 
Cuando entró ella le agarró de las dos manos, le apoyó en el lavabo, le puso su mano en la nuca y comenzó a besarle despacio en los labios. Pasando la punta de su lengua, mordisqueándolos suavemente, metiendo sensualmente su lengua en su boca, moviéndola...
Mientras con la otra mano llevaba las de él a sus pechos, duros, con los pezones en punta de la excitación. Dejó de besarle un instante para quitarle la camiseta. La dejó en el suelo con cuidado y se quitó el top, dejando una insinuante visión de sus pechos redondos agitados por su espiración todavía dentro del sujetador. 
Agarró la mano de el y la llevo a su entrepierna y con la suya encima la movía despacio acariciando la zona, notando como se iba mojando mientras le susurraba al oído gemidos y le proponía lo que quería hacerle. 
Notó al hacerlo como su poya crecía dentro aún del pantalón, era algo que habían hablado muchas veces y se habían excitado juntos al planearlo. Ella era lujuria en estado puro y él estaba descubriendo que juntos no tenían limite. Le mordisqueó las orejas, le lamió el cuello, los pezones mientras soltaba poco a poco los botones del pantalón. Estaban descalzos y le acariciaba su pie con el suyo subiendo hasta la rodilla... 
Volvió a besarle la boca ahora un beso largo y jugoso, sin juegos, solo pasión. Terminó se soltarle el pantalón y se agachó para quitárselo.
Cuando iba a volver a ponerse de pie, paró a la altura de la polla mordisqueando el capullo dentro del gayumbo, pellizcándolo despacio notando en sus dedos como empezaba a mojarse. siguió acariciándolo a la vez que se quitaba las mallas. 
Sabia como le excitaba a él verla en ropa interior así que se acercó restregando sus pechos en él y le dijo sensualmente: 
- la ropa interior quítamela tú cuando quieras.
Pasaron bastante rato masturbándose el uno al otro. El sacó los pechos de ella del sujetador sin quitárselo y se los llevo a la boca. Lamió los pezones, los mordió, masajeó las tetas una y otra vez. Ella mientras tanto tenia la mano metida dentro del boxer y acariciaba sus huevos, saco fuera de la goma el capullo y se agacho a lamerlo doblando la cintura. 
De esta manera el veía desde arriba la fina tira del tanga. La cogió con dos dedos, la apartó y empezó a acariciar el culo de ella con movimientos circulares, metiendo despacio un dedo. Ella se movía excitada y sacaba poco a poco la polla del todo. 
Paró un momento para quitarle los gayumbos. Y cuando él ya estuvo desnudo se arrodilló un momento para ponerle la poya al límite. Ambos sabían que para hacer lo que querían necesitaban estar al máximo de excitación, porque cuando lo hiciesen el orgasmo no se haría esperar. 
Así que mientras ella tenia la polla dentro de la boca y movía acompasadamente la cabeza a la vez que metía un dedo mojado en su flujo por el ano de el, este le terminaba de desnudar y llevaba su dedo corazón entre los labios de ella dejándolo encima del clítoris húmedo, grande y caliente moviéndolo despacio para mojar bien todo la zona y cada vez acercarse más a la vagina e ir metiendo primero un dedo y luego otro moviéndolos dentro, poniéndola al limite del placer. 
Los dos sabían que el momento estaba cerca así que ella le cogió de la mano y juntos entraron en la bañera. Ella se acariciaba los pechos y el retomaba la postura anterior dentro de ella, besándole en la boca y con la otra mano masturbándose, deseando que ella hiciese lo que tantas veces habían hablado. Apenas habían estado unos minutos tocándose cuando ella le avisó que su orgasmo estaba cerca. 
El aceleró el movimiento de sus dedos dentro de su vagina y apoyó bien la palma de la mano en el pubis. 
Y mientras sus lenguas se fundían en un lujurioso beso dentro de sus bocas ella se corrió en su mano para al instante después mearse en ella de gusto. Sin decir nada solo sonriéndose llenos de complicidad y mirándose a los ojos, ella se sentó en el borde de la bañera y él apoyo una mano en la pared poniéndose de espaldas y comenzó a masturbarse cada vez mas deprisa con la que tenia llena del orgasmo de ella. 
Mientras ella le separaba despacio las nalgas e introducía un dedo húmedo en sus flujos en él y poco a poco se lo lamia cada vez mas rápido cambiando el dedo por su lengua cada vez más dentro. 
A medida que ella lo hacia el aumentaba el ritmo de su mano y su muñeca, de sus gemidos, de sus jadeos y al poco rato ella sintió como manchaba la pared con el fruto de su orgasmo. 
Cuando calmaron un poco su excitación, el abrió el grifo de agua caliente de la ducha, la cogió de una mano y apoyándola en su pecho y rodeándola con sus brazos se metieron debajo. 
Ella ladeó la cabeza para besarle los labios y simplemente se miraron sonriendo. 
Sobraban las palabras...

viernes, 12 de marzo de 2021

Sorpresa en el despacho

Eran las cinco de la tarde. Los miércoles trabajaban los dos por la tarde y solían quedarse a comer con otros compañeros del bufete. Nadie conocía en la oficina su relación, por eso delante de ellos se comportaban como dos más. Pero siempre que coincidían sus miradas, ella le regalaba la mejor de sus sonrisas o él le guiñaba con complicidad el ojo. 
Cuando ya habían tomado el postre y los cafés ella se levantó y con la excusa de que quería retomar un asunto cuanto antes, abandonó el restaurante y se dirigió a su despacho. Por el camino se puso a pensar en él, en lo mucho que se atraían y en el morbo que se daban el uno al otro. En como le gustaban sus encuentros tan distintos unos de otros y tan llenos de sensualidad y erotismo. 
Solía tener relaciones con otros hombres pero tenia que reconocer que la que tenia con él era muy especial. Cuando el ascensor llegó a la quinta planta del edificio, salió y se dirigió hacia su oficina. Tenia que pasar por delante de la de él y en ese momento se le ocurrió darle una sorpresa. Entró y se escondió debajo de la mesa. Sacó algo del bolso y lo dejó a un lado. Oyó voces en el pasillo así que se agazapó esperando que él entrase de un momento a otro.
Lo que no esperaba es que no entrase solo. Era un despacho grande y tenia una mesa de reuniones en la parte más alejada de la puerta. Uno de los socios entraba con él porque en su oficina estaban los de mantenimiento arreglando algo. 
Al principio pensó en dejarlo, pero como tampoco podía salir de su escondite, decidió seguir adelante. Los dos hombres se sentaron mientras seguían hablando de sus cosas. 
Cuando tuvo controlado que el otro estaba lo suficientemente lejos se acercó despacio a la pierna de él y empezó a acariciársela por dentro del pantalón con la yemas de los dedos.
Al sentirla, él pegó un pequeño salto en la silla. Estuvo tentado de mirar debajo de la mesa, pero no hizo falta. Con la otra mano ella acariciaba su paquete para que fuese creciendo. Le mordisqueaba las piernas, las rodillas... El estaba deseando que llegase arriba, pero ella le quería a cien y estaba dispuesta a hacerle sufrir, que casi le rogase que la sacase y se la comiese. El le buscaba con la mano por debajo de la mesa para llevar su cabeza hacia su bragueta. 
Quería desbrocharse el pantalón, pero ella no le dejaba. De vez en cuando se oía como la otra persona le hacía a él alguna pregunta o algún comentario y ella notaba divertida como a él le costaba poder contestarle. Su juego estaba dando lo que ella quería. 
Agarró la mano de él que la buscaba y le dió unos mordisquitos y suaves besos. El sentía su boca muy cerca de su polla y como esta iba creciendo caliente y excitada. Empezó a oír como ella se quitaba el cinturón y supo que empezaría a masturbarse. 
Eso le puso totalmente al límite. Consiguió cogerla de una mano y desabrocharse su pantalón. Sacó su polla inmensa, caliente y dura, muy dura. Ella mientras tanto empezó a tocarse por encima de las bragas a la vez que se la recorría con los labios dándole suaves besos. 
Llegó al capullo y le pasó la lengua por todo alrededor chupándolo todo. De repente se oyó un zumbido que él reconoció enseguida. era el vibrador, iba a hacerle una mamada mientras ella a su vez se hacia un vibrador. Esa imagen y el morbo que le producía el que su compañero se diese cuenta de lo que estaba pasando le puso en un estado de excitación que hacía tiempo no sentía. 
Ella recorrió su polla con el aparato y se lo llevó al clítoris mientras llevaba ésta hacia su boca. Ya dentro, la movía una y otra vez arriba y abajo llenándose con ella. 
Y entre sus piernas el vibrador a su vez entraba y salia produciéndole un inmenso placer. Así pasaron algunos minutos. El notaba por la aceleración de los movimientos que ella estaba a punto de alcanzar el orgasmo. Casi podía ver claramente la escena. Mientras notaba como la polla estaba en un momento dentro y al instante era lamida por la lengua ágilmente, los huevos succionados y las ingles acariciadas solamente con la punta. 
Notó como ella se estremecía y supo que el momento estaba muy cerca. En ese instante al otro lado de la habitación, la otra persona se levantó de la silla y acercándose hacia la puerta, la abrió y se despidió con un "hasta mañana"... 
Cuando se hubo marchado, él echó la silla hacia atrás, le atrajo a ella hacia él y la tumbó. Le desabrochó la blusa para acariciarle los pechos mientras le metía su polla y le besaba en la boca y con aceleradas embestidas terminó encima de la mesa lo que ella había empezado debajo...

jueves, 18 de febrero de 2021

Un día de pesca

Era la segunda vez que iba a ese pueblo. Lo había conocido durante una visita a la Costa Brava en Semana Santa y le había enamorado lo tranquilo que era incluso en agosto, así que cuando quiso desconectar de todo hizo una llamada al pequeño hostal y reservó quince días.
El trabajaba cerca y habían coincidido muchas veces desayunando o paseando por el puerto y poco a poco se habían ido conociendo, haciendo confidencias y forjando una amistad que luego tendrían que mantener en la distancia por teléfono y por internet.
Había cierta atracción, los dos lo sabían, pero de momento no habían pasado de algunas caricias y ciertos arrumacos, pero estaba claro que en cualquier momento iba a suceder...
La noche anterior habían cenado juntos y él la había invitado a salir a pescar al día siguiente y la verdad la idea de estar sin hacer apenas nada al sol y mecida por el mar le resultaba muy, muy tentadora y placentera, así que le dijo que si.
En ese momento llegaba al puerto y le vió desde lejos preparándolo todo. Cuando estaba más cerca él se dió cuenta de su presencia y levantó la vista. Estaba guapa con un pareo que le llegaba justo por encima de la rodilla, la parte de arriba de un bikini y unas sandalias de dos tiras que dejaban prácticamente desnudos los pies, pequeños, cuidados, bonitos...
Sonriéndole se agachó a darle un beso. El roce de sus labios le pareció sensual y excitante. Había decidido dejarse llevar y no poner freno a lo que desde hace tiempo estaba deseando hacer...
Cuando ya estaban fuera del puerto ella se tumbó, la brisa movía el pareo dejando ver la parte de arriba de sus piernas y lo que había entre ellas. El no podía apartar la vista mientras preparaba las cañas y ella se dió cuenta así que las abrió ligeramente apartando el pareo mientras se acariciaba la parte interna de los muslos con la yema de los dedos. 
Llevaba las gafas de sol puestas así que él no podía ver la expresión de sus ojos pero la manera en que se mordía el labio inferior al hacerlo le demostró que estaba disfrutando. 
El llevaba un bañador y se había quitado la camiseta. Dejó colocadas las dos cañas y se acercó hacia donde estaba ella. 
Se arrodilló delante y apartando su mano de las piernas empezó a acariciarlas él con sus labios desde los tobillos hacia arriba mientras con sus manos buscaba los pechos y pellizcaba por encima de la tela los pezones. Estaban duros y se marcaban insinuantemente lo que hizo que se los llevase a la boca para mordisquearlos mientras sus manos desataban el pareo. 
Empezó a acariciar el pubis por encima del bikini notando como si iba mojando al tacto. 
Acercó su boca a la de ella besándola suavemente y fué bajando despacio por el cuello, los hombros, el escote parando en cada pecho mientras le quitaba el sujetador y se los metía en la boca primero uno y luego el otro. 
Se había colocado encima de ella y sus entrepiernas se rozaban en suaves movimientos de vaivén acompasados mientras sus bocas se fundían en jugosos besos y sus manos se acariciaban mutuamente.
Ella notaba la polla de él dura aun en el bañador y mientras con una mano la acariciaba con la otra iba desnudándolo. Cuando estuvo fuera y libre la agarró con una mano y empezó a masturbarla contra su coño. 
El dedicó un momento a quitarle el bikini primero la braga y después el suje y llevo la mano que sostenía su polla hacia abajo para estimular con el capullo el clítoris mientras con la otra separaba bien los labios al hacerlo. 
Ella emitió un largo gemido de placer y le dedicó una sensual sonrisa. Mientras él dedicaba toda su atención a su coño ella estaba estimulando su culo con los dedos húmedos en su propio flujo. No paraban de besarse y mordisquearse y los jadeos iban en aumento. 
Ella le había contado en alguna ocasión que lo que más le gustaba era el sexo oral, así que decidió que iba a hacer que alcanzase el éxtasis en su boca.
Se separó un momento de ella y le agarró de las piernas colocándose él en medio atrayéndola hacia sí. Acarició con los dedos su clítoris y mientras los bajaba hacia la vagina acercaba su boca a sus muslos besándolos y lamiéndolos. 
La manera en que ella arqueó su espalda le hizo sonreír de placer sabiéndola disfrutando. Cuando subió hasta su pubis el clítoris estaba tan excitado que sobresalía caliente y húmedo entre los labios. 
Abrió estos con dos dedos y pasó la lengua desde el coño hasta arriba entreteniéndose en él, lamiéndolo, besándolo, succionándolo, mordiéndolo cada vez más rápido mientras metía primero un dedo y luego poco a poco alguno mas en el coño inmensamente lubricado. Ella movía cada vez más rápido las caderas y se acariciaba los pechos.
Sus gemidos eran muy explícitos y él sabía que el momento estaba cerca así que bajó la cabeza un poco más y metió su lengua sin dejar de moverla ni un segundo. 
No quería perderse ni un momento de la excitación de ella así que mientras la follaba con su lengua se masturbaba para que la polla estuviese preparada. Notó como a ella le costaba mantener las piernas separadas así que aceleró los movimientos y a la vez que ella emitía un largo gemido de placer, el sintió como ese placer le llenaba la boca. 
Siguió un corto rato acariciándola con la lengua después de que ella se corriese y después le incorporó despacio sentándola al borde del saliente. Le besó en los labios fugazmente, le agarró la cabeza suavemente y mientras ella abría la boca él metía su polla en ella. Durante unos minutos él marcó el ritmo de la mamada pero poco a poco ella agarró la polla con sus manos y sacándosela de la boca empezó a marcarlo ella. 
Mientras se miraban a los ojos llenos de lujuria ella le pasaba la lengua por los huevos, el pene y en especial por el capullo bebiendo las gotas que salían de él y volviéndosela a meter en la boca mientras su mano la movía arriba y abajo con movimientos cada vez más rápidos. 
Acariciaba sus nalgas y su culo para aumentar la sensación de placer y metía despacio la punta de su dedo girándolo mientras notaba como él cada vez embestía con mas fuerza su boca.
- Quiero correrme en tu boca, le dijo...
Ella solamente hizo un movimiento leve de cabeza asintiendo mientras le guiñaba un ojo sin distraerse ni un momento en lo que estaba haciendo sino aumentando el ritmo de cada movimiento. 
Le miró a la cara con lascivia y en ese momento él explotó dentro de ella llenando su boca y su garganta de semen. 
Ella lo tragó sin dejar de mirarle mientras recogía con sus dedos lo que salía por entre la comisura de sus labios y se los lamía limpiándolos.
Le agarró suavemente y la levantó despacio acercándola a él y besándole los labios. Se apoyaron en la barandilla y estuvieron largo rato entre besos y caricias notando como iba volviendo poco a poco la excitación a cada poro de su piel, tranquilamente, sin prisas él le dio la vuelta y mientras giraba su cabeza para seguir besándola le separaba suavemente las piernas y restregaba su polla, que ya volvía a estar dura, por su coño desde atrás, el culo, la vagina, los labios y otra vez el culo. 
Mientas le masajeaba los pechos ella hacía lo mismo con su clítoris y ponía su culo en pompa ofreciéndoselo. 
El entendió el gesto aunque primero le penetró por el coño para lubricarse mientras dilataba el culo con dos dedos empapados en su flujo. 
Al poco ella notó como le entraba la polla y le invadió una inmensa sensación de placer al tiempo que sentía cierto dolor, que fue pasando a medida que el aumentaba el ritmo de la embestidas.
Ella seguía masturbando el clítoris y con otra mano se agarraba fuertemente a la barandilla. Los movimientos de sus dedos seguían al de los cuerpos como si estuviesen ensayados. El la agarraba de un hombro con una mano y de la cadera con la otra mientras le besaba el cuello y la nuca.
Parecía que el tiempo se hubiese parado y sólo estuvieran ellos dos ahí juntos, enganchados, disfrutando....
El le susurró algo al oído y ella sonrió.
- Vamos, le dijo a la vez que aumentaba todos sus movimientos. 
El apoyó su cabeza contra la de ella y agarrándola más fuerte y como si fuesen uno solo alcanzaron el orgasmo.
Cuando terminaron, él paso sus dedos suavemente por la espalda de ella mientras salia de su interior. Ella se dio la vuelta extenuada, satisfecha, feliz....
Se besaron, se tumbaron y se dieron la mano mientras por el cuerpo de ella aun resbalaba el semen de él...

sábado, 13 de febrero de 2021

Una ducha más que placentera

Cuando sonó el despertador, se hizo la dormida. La noche anterior había estado hasta tarde en el ordenador y quería evitar a toda costa el interrogatorio matutino.
En la cocina ya no se oía el ruido de tazas y cucharillas, así que pensó que estaría en el baño. Quería
muchísimo a ese hombre, aunque malas experiencias anteriores no le dejaban demostrárselo como él quisiera. 
Al oír el sonido del agua en la ducha, se acercó y tocó a la puerta a la vez que preguntaba:
-puedo pasar?
-claro, entra - contestó él desde dentro.
La cortina estaba corrida, pero por detrás de ella pudo adivinar la silueta del cuerpo desnudo de él.
Como le gustaba! Sintió un pícaro escalofrío de placer...
Se bajó el pantalón del pijama y se sentó en el inodoro. El oía lo que estaba ocurriendo y sonrió al pensar lo que venía después. Le ponía a cien ver como se secaba y separó un poco la cortina para poder
verlo. Ella sabía que le estaba mirando y por eso puso muchísimo cuidado en todos sus movimientos.
Cogió el paquete de toallitas y el ruido que hizo al abrirlo hizo que la polla de él empezase a animarse, sacó una y empezó a pasársela despacio por el coño mientras le miraba a los ojos invitándole a no perderse ni un detalle.
El abrió la cortina del todo y empezó a masturbarse despacio y ella se giró un poco para quedar de frente, abrió bien las piernas y separó los labios con dos dedos dejando aparecer su clítoris dispuesto a disfrutar. 
Con la otra mano empezó a estimularlo a la vez que se pasaba la lengua humedeciéndose la boca en una provocadora invitación. 
Llevaba una camiseta blanca y tenía los pezones tan duros que él le pidió que entrase a la bañera con él. Quería lamérselos, tocárselos, pellízcárselos y darles suaves mordiscos... 
Ella soltó una sensual carcajada y no se hizo de rogar. 
Se quitó los pantalones y se metió en la ducha. 
El agua empapó enseguida la camiseta poniendo de relieve sus pechos. El los agarró con las dos manos y los sobó con insistencia, mientras le daba un jugoso beso en la boca, metiéndole la lengua y restregándose la polla, ahora ya dura y caliente, por su cuerpo.
Ella la cogió con una mano y empezó a menearla con firmeza pasándole las uñas de la otra suavemente desde la nuca hasta la rabadilla y otra vez hacia arriba. A él le encantaba esa sensación, le ponía los pelos de punta y añadía más excitación a todo su cuerpo.
Metió las manos por debajo de la camiseta y tiró de ella hacia arriba para quitársela, le besó el cuello, le mordisqueó la oreja y se arrodilló para meterse primero uno y luego el otro los dos pechos en la boca, mamándolos como si fuese un bebe hambriento. Ella le tenía abrazado y se frotaba el pubis por su cuerpo no queriendo perder ni un ápice de esa sensación que le hacía estar como en una nube.
Cogió el gel y se echó una cantidad en la mano, el aroma a té verde y limón hizo que los dos aspirasen aire a la vez como si eso les diese energía para seguir. Empezó a enjabonarle todo el cuerpo y él hizo lo mismo. 
Cuando llegaron cada uno al sexo del otro pasaron largo rato acariciándoselo, pasando luego al culo y volviendo al coño él y a la polla ella. Estaban con las bocas fundidas como si se tratase de una sola, comiéndose los labios, la lengua y besándose al mismo ritmo que se acariciaban. La excitación estaba llegando a un punto que de seguir así los dos se hubiesen corrido ya, pero querían disfrutar mucho más. Por eso ella le propuso aclararse y seguir fuera, en el suelo.
Se juntaron para ponerse justo debajo del chorro de agua y el jabón corrió por sus cuerpos calientes desde la cabeza hasta los pies.
Ella estaba apoyada con la espalda en el pecho de él y notaba su polla en su culo, la agarró sin darse la vuelta con las dos manos y empezó a darle movimientos a un ritmo que hizo que él gimiese de placer, lo que hizo que ella se girase y de rodillas se metiese el capullo en la boca, besándolo primero y pasándole la lengua después. 
Le encantaba lamerlo como si fuese un helado y no escatimó en lametones desde la base de los huevos hasta el capullo y vuelta. Hacía esto tres o cuatro veces y se la metía entera en la boca comiéndosela y moviéndosela dentro mientras acariciaba su culo y sus huevos indistintamente. El la agarró suavemente del pelo para que ella levantase la vista y poder ver la mirada de vicio que ponía cuando le estaba haciendo una mamada. 
Le cogió por los brazos y le puso de espaldas a él con las manos apoyadas en la pared y le empujó hacia fuera para ponerle el culo en pompa. Ahora le tocaba a él, le separó las nalgas y le acarició el coño desde atrás con una mano mientras le besaba los muslos y le pasaba la lengua por ellos, sintiendo como le temblaban de placer. 
Le metió un dedo en la vagina notando lo empapada que estaba y se la empezó a comer, lamiéndole el clítoris y metiéndole la lengua como si se la estuviese follando.
Ella gemía como nunca y a él eso le estaba poniendo más que a cien, pero quería alargar ese momento más y por eso a pesar de las protestas de ella, paró un momento y salió de la bañera invitándole a ella a hacer lo mismo. Cogió una toalla grande y la echó en el suelo del pasillo, le puso a cuatro patas y después de pasarle la polla por el culo y por el coño varias veces para recuperar el punto de excitación le metió la punta por el primero con suavidad, moviéndola despacio y sintiendo como ella se quejaba con placer, a la vez que le estimulaba el clítoris con una mano y le pasaba la otra acariciando la espalda.
Estuvieron así un rato, y el sacó la polla del culo y le dió a ella la vuelta y la tumbó en el suelo, le dobló las rodillas y le separó las piernas para poder hundir bien la cabeza entre ellas volviendo a comerle el coño mientras le acariciaba los pechos y le pellizcaba los pezones. 
Comprendiendo que ella ya no aguantaría mucho más, se esmeró en la comida y movió su lengua dentro de ella a un ritmo que le hizo viajar al séptimo cielo, dentro, sacándola para lamerle el clítoris y dentro otra vez. Así hasta que sintió que ella intentaba cerrar las piernas en señal inequívoca de que el orgasmo estaba por llegar. 
Le colocó los pies encima de sus hombros y metió su polla en la vagina empapada y a punto para recibirla. Empezó a menearse dentro de ella y ella comenzó a moverse al unísono con movimientos tan acompasados que parecían un solo cuerpo. 
El sabía que a ella le gustaba besarle durante el orgasmo, por eso le bajó las piernas, se tumbó encima sin dejar de moverse, la agarró por la nuca y le besó metiendo la lengua hasta la garganta, le miró a los ojos y supo que había llegado el momento. 
Se corrió dentro de ella mientras ella gimiendo y retorciéndose de placer, hacía lo mismo...